Más de 1.000 millones de personas, alrededor del 15% de la población mundial, tienen algún tipo de discapacidad de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las tendencias demográficas y la creciente prevalencia de las enfermedades crónicas están aumentando de forma preocupante el número de personas con discapacidad. Estas cuentan con menos acceso a los servicios de asistencia sanitaria por lo que, en muchas ocasiones, sus necesidades asistenciales quedan desatendidas. Cuando las personas con discapacidad acceden a los servicios de asistencia sanitaria, a menudo son objeto de discriminación y la atención que reciben no cumple con los estándares de calidad, especialmente en los países con menos recursos. Ahora, un nuevo informe, advierte de que las personas con discapacidad tienen además más del doble de probabilidades de muerte prematura.
Esta es la principal conclusión del informe publicado por Missing Billion Initiative y Clinton Health Access Initiative, presentado en la última Cumbre Mundial de la Salud celebrada en Berlín (Alemania). El documento parte de la investigación realizada por un grupo de expertos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres que concluye que este mayor riesgo de muerte prematura resta a las personas con discapacidad entre 10 y 20 años de esperanza de vida. Los expertos piden a los líderes mundiales la transformación de los sistemas de salud mediante el diseño intencional de servicios que incluyan a esas más de 1.000 millones de personas con discapacidad.
El informe en cuestión comparte una hoja de ruta y una serie de renovados objetivos comunes para los actores globales de la salud focalizados en aspectos como los profesionales sanitarios, asequibilidad, instalaciones sanitarias más accesibles y el empoderamiento de las personas con discapacidad. Unos elementos fundamentales sobre los que se debe trabajar a nivel global para catalizar el cambio esencial que se requiere y cumplir así con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados para el año 2030. Y es que la evidencia científica muestra que, de media, las personas con discapacidad experimentan resultados de salud significativamente peores en los indicadores de los ODS.
El informe combina el análisis de un conjunto de datos pertenecientes a 65.000 personas con discapacidad, revisiones sistemáticas de decenas de estudios, modelos y perspectivas personales de más de 400 personas con discapacidad con el objetivo de presentar una imagen certera sobre las principales brechas en términos de mortalidad y los resultados de salud. Incluye además una visión para la visión inclusiva informada por las diversas perspectivas de las personas con discapacidad.
El informe ha hallado que solo el 44% de los niños con discapacidades funcionales múltiples estaban completamente vacunados
“Es imperativo que construyamos un sistema de salud global más sólido e inclusivo que esté diseñado a propósito para garantizar que todos en el planeta, incluidos los más de 1.000 millones de niños y adultos en todo el mundo que viven con discapacidades, tengan acceso a una atención médica de calidad”, declara Chelsea Clinton, vicepresidenta de la Fundación Clinton y de la Clinton Health Access Initiative, a través de un comunicado publicado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Ahondando en los resultados del informe este muestra que las personas con discapacidad tienen tasas de mortalidad 2,4 veces más altas que las personas sin discapacidad, lo que resta los referidos entre 10-20 años de esperanza de vida. Concretando en las fuentes empleadas para llegar a estas conclusiones vemos que una revisión sistemática de 37 estudios en 11 países ha hallado que las personas con discapacidad tenían hasta 2,8 veces más probabilidades de fallecer como consecuencia de la Covid-19 que sus pares sin discapacidad.
"A las personas con discapacidad se les niega su derecho a la atención médica. Lo que encontramos en esta investigación es verdaderamente impactante"
En base a los análisis realizados en los países con ingresos medios desglosados por discapacidad (separando a las personas con discapacidad del total de la población), los responsables del informe han encontrado que los niños menores de cinco años con discapacidad tienen más probabilidades de experimentar las causas más comunes de mortalidad en niños menores de cinco años que los niños sin discapacidades. Esto incluye diarrea (18% en comparación con el 13% de los niños sin discapacidad), fiebre (28% en comparación con el 23%) e infección respiratoria aguda (34% en comparación con el 27%).
Uno de los aspectos más preocupantes sobre los que este trabajo pone la atención es que las coberturas de vacunación básicas son más bajas entre los niños con discapacidades. El informe ha hallado que solo el 44% de los niños con discapacidades funcionales múltiples estaban completamente vacunados.
La prevención es una de las intervenciones fundamentales a la hora de garantizar la salud, pero no para muchas personas con discapacidad tal y como pone de relieve el informe. Los adultos con discapacidad tenían menos probabilidades de tener conocimiento completo sobre los mecanismos de prevención y transmisión del VIH (21%), en comparación con las personas sin discapacidad (28%). Una brecha especialmente preocupante en el caso del África subsahariana: 23% versus 33%.
Cabe señalar que las mujeres con discapacidad tienen un 25% menos de probabilidades de que se les realizara una prueba de detección de cáncer de mama, y un 37% menos de probabilidades de que les realizase una prueba para detectar el cáncer de cuello uterino, en comparación con sus pares sin discapacidad. Estos resultados derivan de una revisión sistemática de 29 estudios de siete países.
“A las personas con discapacidad se les niega su derecho a la atención médica. Lo que encontramos en esta investigación es verdaderamente impactante. Debe haber una revisión de la forma en la que se financia y se brinda la atención médica para poner fin a este sufrimiento y cerrar la brecha de mortalidad”, concluye la coautora del informe, profesora de Epidemiología y directora del Centro Internacional para la Evidencia en Discapacidad de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Hannah Kuper.