Las proyecciones realizadas por el “Atlas de Estadísticas de Salud Africanas 2022” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran una desaceleración del progreso logrado a lo largo de la última década en la reducción de la mortalidad materna e infantil. Esta es la principal conclusión que se extrae del análisis de nueve metas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre salud. El documento alerta que, en caso de mantenerse el ritmo actual, se necesitará una mayor inversión para acelerar el proceso de cara al 2030 y cumplir así con los ODS. Los autores del informe destacan que entre las metas más complicadas de alcanzar en África está la reducción de la mortalidad materna.
Las estimaciones de la OMS indican que en el África subsahariana 390 mujeres morirán durante el parto por cada 100.000 nacidos vivos para 2030. Una cifra que se sitúa cinco veces por encima de lo fijado por los ODS para 2030 (70 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos). El promedio global actual se sitúa en las 211 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos. La tasa actual de mortalidad infantil en la región es de 72 por cada 1.000 nacidos vivos. Con la tasa de disminución actual del 3,1% se esperan 54 muertes por cada 1.000 nacidos vivos para el año 2030. Una previsión que se sitúa muy por encima del objetivo de reducción de menos de 25 fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos.
“África ha obtenido algunas de las tasas de reducción más rápidas a nivel mundial en algunos objetivos clave de salud, pero el impulso se está desvaneciendo. Esto significa que para muchas mujeres africanas, el parto sigue siendo un riesgo persistente y millones de niños no viven los suficiente para celebrar su quinto cumpleaños”, explica a través de un comunicado la doctora Matshido Moeti, directora regional de la OMS para África. “Es crucial que los gobiernos hagan una corrección radical del rumbo, superen los desafíos y aceleren el paso hacia los objetivos de salud. Estos no son mero hitos, sino los cimientos mismos de una vida saludable y el bienestar de millones de personas”, asevera a través de un comunicado emitido en relación a la presentación del Atlas.
Entre los aspectos positivos que pone de relieve el análisis vemos que se han logrado significativos avances en algunas áreas durante la primera década del siglo XXI. Por ejemplo, la mortalidad en menores de cinco años se ha reducido en un 35%, las tasas de mortalidad neonatal se redujeron en un 21 y la mortalidad materna en un 28%. El problema es que en los últimos 10 años los progresos en estas tres líneas se han estancado, con especial preocupación por la mortalidad materna.
África ha obtenido algunas de las tasas de reducción más rápidas a nivel mundial en algunos objetivos clave de salud, pero el impulso se está desvaneciendo
Cierto es que el continente africano ha logrado avanzar en materia de planificación familiar con el 56,3% de las mujeres en edad reproductiva (entre 15 y 49 años) con las necesidades de planificación familiar satisfechas con métodos anticonceptivos modernos en 2020, la cifra está aún muy por debajo del promedio mundial situado en el 77%.
Sin duda, la desaceleración se ha visto exacerbada por la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. La Covid-19 ha interrumpido servicios de salud cruciales como la atención posnatal para las madres y los recién nacidos, las unidades de cuidados intensivos neonatales y los servicios de atención prenatal. Las medidas y restricciones establecidas para frenar la propagación del virus han provocado la interrupción de muchos programas de inmunización de rutina lo que ha favorecido el resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunación. En este sentido la OMS alerta de que los casos de sarampión han aumentado un 400% entre los meses de enero y marzo de 2022 en comparación con el mismo periodo del año anterior.
No cabe duda de que la falta de inversiones adecuadas en salud es uno de los principales obstáculos para que África pueda alcanzar las metas de salud fijadas para 2030. Por ejemplo, una encuesta realizada por la OMS en 47 países africanos reveló que la región cuenta con una proporción de 1,55 trabajadores de la salud (médicos, enfermeras y parteras) por cada 1.000 personas, por debajo del umbral mínimo establecido por la OMS de 4,45 trabajadores de la salud por cada 1.000 personas. Los países que reporten cifras inferiores se enfrentan a serios problemas a la hora de brindar atención médica esencial y lograr la cobertura sanitaria universal.
Los datos con los que cuenta la OMS revelan que en la región africana solo el 65% de los partos son atendidos por personal de salud cualificado, por lo que estamos ante el dato más bajo a nivel global y muy lejos del 90% fijado para 2030 con los ODS. Las parteras son profesionales fundamentales para garantizar el bienestar de las madres y de los recién nacidos ya que las muertes neonatales representan casi el 50% de la mortalidad en menores de cinco años. “Acelerar la agenda para cumplir con su objetivo de reducción será un paso importante hacia la reducción de la tasa de mortalidad en menores de cinco años a menos de 25 muertes por cada 1.000 nacidos vivos”, argumenta la OMS.