Este jueves 18 de noviembre Fundación QUAES ha estrenado la 11ª edición del Ciclo de Seminarios Científicos bajo el título “Cáncer: ¿tratamiento o prevención? La experiencia de Manchester”. Un punto de encuentro en el que Salvador Moncada, profesor emérito de la Universidad de Manchester y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica ha puesto el foco en su experiencia como director del Centro de Investigaciones de la Universidad de Manchester entre 2013 y 2019.
“El área de investigación en cáncer es una de las más ricas del mundo, no solo en términos de financiación, sino también de resultados”, ha comenzado su presentación destacando que en los últimos 15 años se han producido significativos avances que “nos hacen pensar que estamos a las puertas de una gran revolución”.
En este recorrido desempeñan un papel fundamental la genómica “gracias a los importantes desarrollos que nos han acercado a la medicina de precisión basada en información genética del individuo y del tumor para diseñar tratamientos específicos”. A esta se suma la inmunoterapia. En este campo “la terapia celular es la parte más importante que avanza todo el proceso hacia una aplicación práctica de importancia fundamental”.
“Los avances sucedidos en los últimos 50 años son muy importantes. En 1971 el 50% de personas diagnosticadas con cáncer tenía un pronóstico de vida de un año. En 2019, la esperanza de vida es de 10 años o más gracias a la cirugía y la radioterapia. La farmacoterapia continúa atrasada y presenta algunos problemas”, ha compartido criticando que estas cifras únicamente se reportan en los países ricos. “En los países con bajos recursos las cifras de mortalidad del cáncer continúan siendo las de 1971 y, en algunos casos, incluso peores”, como demuestra el hecho de que el 70% de las muertes por cáncer que se producen en el mundo tienen lugar en países de bajo desarrollo.
El experto ha señalado que el cáncer plantea una triple problemática: una perspectiva de salud, otra sobre cómo afecta a la familia, comunidad y sociedad y, por último, consecuencias económicas. En este punto ha destacado que los avances que se logran implican un mayor gasto económico. Moncada ha informado que un reciente estudio desarrollado en Reino Unido concluye que en los próximos 30 años, “uno de cada dos británicos padecerá algún tipo de cáncer”. “Si a esto dedicamos los tratamientos y seguimientos cada vez más sofisticados y caros, esto es claramente impagable”. “Hay que cambiar el modelo de acercamiento a la enfermedad”, ha aseverado sentando como primera base de este necesario futuro focalizar los esfuerzos en la prevención del cáncer.
"La gente tratada de forma rápida tiene un altísimo porcentaje de curación. Si se trata un cáncer temprano este se cura y no continúa siendo una carga para el sistema sanitario. Podríamos estar curando entre el 30-35% de los cánceres si se hiciera un diagnóstico temprano"
A través de su experiencia en Reino Unido y mediante los cambios en el modelo de su Sistema Nacional de Salud, ha señalado que en los tiempos en los que vivimos los esfuerzos en materia de cáncer deben focalizarse en la prevención de la enfermedad más que en un sistema centrado únicamente en la curación. “Las enfermedades tienen un componente importante de estilo de vida que tienen que tenerse en cuenta cuando se habla de incidencia y tratamiento”, ha expresado introduciendo el "caso Manchester". La ciudad fue cuna de la Revolución Industrial que ejemplifica a la perfección la influencia de las condiciones de vida en la incidencia y desarrollo de vida.
Pasada la Revolución Industrial Manchester se erigió como una ciudad con zonas de hacinamiento de gente con escasos recursos. “El 21% de los habitantes de Manchester en 2014 eran fumadores frente al 18% de la media nacional de Reino Unido”, lo que explica que se erija como una de las zonas con más incidencia de cáncer de pulmón. Se suman condicionantes sociales como la falta de recursos y asistencia médica que retrasa el diagnóstico. “Esto tiene consecuencias muy importantes”, ha aseverado.
“El Servicio Nacional de Reino Unido analizó cuánto cuesta tratar a un paciente con cáncer de colon en estadio temprano y en estadio tardío y la diferencia económica pasaba de las 3.400 libras a más de 12.000”, ha explicado. Pero las implicaciones van más allá de los costes económicos ya que en las personas con diagnóstico temprano de cáncer de colon se reporta una supervivencia de más de nueve de cada 10 y, en caso de diagnóstico tardío, se reduce a cuatro.
“Si en todas las áreas del país se diagnosticaran de forma temprana los casos de cáncer el sistema se ahorraría 44 millones de libras anuales solo en el tratamiento del cáncer de intestino, ovario y pulmón. La gente tratada de forma rápida tiene un altísimo porcentaje de curación. Si se trata un cáncer temprano este se cura y no continúa siendo una carga para el sistema sanitario. Podríamos estar curando entre el 30-35% de los cánceres si se hiciera un diagnóstico temprano”, ha afirmado.
De los 36 medicamentos utilizados para el tratamiento del cáncer, 18 “no aumentaron la vida de los pacientes ni un mes con un coste de entre 20.000 y 170.000 dólares anuales por paciente”
De acuerdo con los datos aportados pro Moncada, el 42% de los casos de cáncer son prevenibles ya que están causados por nuestro estilo de vida. Retomando el caso de Manchester, de una inversión de 540 millones de libras para el cáncer, solo 3,2 millones, es decir, el 0,6%, se destinaba a la prevención. Si atendemos a datos globales en 2010 el coste de todos los presupuestos destinados al cáncer ascendió a 2,5 trillones de dólares de los que menos del 2% se orientó a la prevención de la enfermedad.
“La farmacoterapia sigue sin poder responder al problema del cáncer. Los servicios de salud estamos en una hemorragia constante utilizando moléculas de dudosa efectividad simplemente porque el tratamiento el cáncer es urgente”, ha criticado. En este sentido ha remachado que de los 36 medicamentos utilizados para el tratamiento del cáncer, 18 “no aumentaron la vida de los pacientes ni un mes con un coste de entre 20.000 y 170.000 dólares anuales por paciente”.
“Nos hemos focalizado durante muchos años en el tratamiento del cáncer. Un paradigma derivado del tratamiento de las enfermedades infecciosas y no funciona con las enfermedades crónicas degenerativas. Lo que hay que hacer es disminuir la velocidad a la que la máquina se va deteriorando. Por esto, es necesario invertir en prevención y tratamiento temprano no solo en cáncer sino también en el resto de enfermedades degenerativas y cardiovasculares”, ha apostillado.
“Tenemos que continuar con la investigación que estamos haciendo del cáncer, pero habría que orientar la investigación hacia las áreas previas al cáncer, como sucede y se inicia como son la genómica y los factores de riesgo. Entre estos, uno de los aspectos más interesantes es la relación entre procesos inflamatorios y cáncer ya que la evidencia en este campo es creciente”, ha añadido. "Ahora se trata el cáncer para manejarlo, pero debemos hacerlo para curarlo. El éxito en el futuro no dependerá de la cantidad de pacientes que sobrevivan con tratamientos y seguimientos complicados, sino que pasará por tener el menor número de pacientes en tratamiento", ha concluido.