La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que al menos el 25% de las personas padece uno o más trastornos mentales a lo largo de su vida. En concreto, los trastornos mentales y neurológicos representan el 14% de la carga mundial de enfermedades.
A esta cifra, hay que sumar que entre el 35% y el 50% no reciben ningún tratamiento farmacológico. ¿El motivo? El miedo a los efectos secundarios o las reacciones adversas que pueden causar estos psicofármacos, además de la estigmatización que recae sobre ellos.
Frases como “no me quiero drogar” o "los efectos secundarios son mas fuertes" son comunes entre aquellas personas que tienen temor a tomar medicación psiquiátrica por desconocimiento a la psicofarmacología, lo que retrasa o empeora su patología.
"Todos los psicofármacos se han realizado a través de ensayos clínicos y han pasado por agencias reguladoras demostrando que sus beneficios son muchos mayores que sus efectos secundarios"
El Dr. Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental y jefe de Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, asegura que el tratamiento farmacológico se ha superado a lo largo de los años. "Todos los psicofármacos se han realizado a través de ensayos clínicos y han pasado por agencias reguladoras demostrando que sus beneficios son muchos mayores que sus efectos secundarios”, explica.
Bien es cierto, que el profesional aclara que “no hay ningún fármaco que no tenga efectos secundarios”, pero son medicamentos que están en un tratamiento controlado por su médico, y si se tuviera un efecto secundario, se optaría a recibir otro tipo de psicofármacos que puedan beneficiar su salud mental.
En general el control de los fármacos que reciben los enfermos de los recursos es función de las Unidades de Salud Mental, y los psiquiatras están familiarizados con los fármacos, sus dosis habituales y los efectos secundarios que con mayor frecuencia se pueden presentar, así como los efectos secundarios que, por su gravedad, también tienen presentes.
"Cuando hacemos un ensayo clínico, la medicación frente al placebo y la aparición en los efectos secundarios en este último suelen ser más del 50%"
El Dr. Celso, asegura que “ve muy claro” cuando los pacientes no se toman la medicación por miedo a los efectos adversos. “Cuando hacemos un ensayo clínico, la medicación frente al placebo y la aparición en los efectos secundarios en este último suelen ser más del 50%. Muchos de esos efectos secundarios tienen que ver con la anticipación y con lo que realmente creen que les va a suceder”.
En algunos casos, los psicofármacos suelen ser muy fuertes para cierto tipo de paciente. Es decir, cada psicofármaco afecta de forma distinta a cada persona, y aunque no se suelen generalizar los efectos secundarios, los más representativos son la la somnolencia y el aumento de peso.
Sin embargo, las cifras de efectos secundarios en psicofármacos son menos recurrentes de lo que parece, según comenta la Dra. Marina Díaz Marsá, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental: “De 10 tratamientos que recetamos, a lo mejor hay dos que hay que quitar por estos efectos. Realmente en la ficha técnica de los medicamentos que se prueban se muestran pocos efectos secundarios.”
EFECTOS SECUNDARIOS EN MENORES
En el caso de los menores que necesitan tomarse medicación, en concreto en los niños, recae en la decisión de los padres. En muchas ocasiones se ven reticentes a que sus hijos tomen psicofármacos porque creen que les va a afectar en su desarrollo. Pero realmente esto es algo falso.
El Dr. Celso explica que los efectos secundarios en los infantiles suelen ser "distintos o mayores al de los adultos". "Por ejemplo, los antipsicóticos que en un adulto puede producir aumento de peso. En adolescentes y niños este efecto secundario puede ser mayor. También ocurre a veces que las reacciones adversas son paradójicas y contrarias a los que vemos en la población adulta. Una bianzodiacepina en un niño que tenga una discapacidad intelectual o autismo, por ejemplo, puede producir un cuadro de hiperactividad frente a la sedación que puede producir en un adulto".
"De 10 tratamientos que recetamos, a lo mejor hay dos que hay que quitar por estos efectos"
El director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental recalca que cuando la medicación va indicada para niños o adolescentes, las agencias reguladoras suelen realizar estudios específicos comprobando que el fármaco sea, en cifras mayores, beneficioso y que en ningún caso afectara a su desarrollo.
Al fin y al cabo, el psiquiatra receta este tipo de medicación para mejorar el bienestar del paciente, pero no obliga a nadie a tomárselos. Tener dudas sobre si ingerir esta medicación por los efectos secundarios es muy común en la población, pero siempre hay que recordar que las ventajas son más altas que las reacciones adversas, tanto en niños como en adultos.
Una de las principales ventajas, y quizás de las más importantes, es que su uso es simple y accesible a todo tipo de población siempre que esté recetado por un profesional. También permiten prevenir la aparición de síntomas más peligrosos, en el caso de una psicopatología y permiten obtener cambios muy significativos en poco tiempo.