El estudio REDES, desarrollado con la colaboración de GSK y publicado recientemente en la revista científica Drugs, ha evaluado la efectividad y seguridad del uso de mepolizumab (Nucala) en pacientes con asma grave eosinofílica (SEA, por sus siglas en inglés) en España. También se describe la población que padece SEA no controlada y que no disponía de otras opciones terapéuticas en el país antes de la llegada al mercado de mepolizumab.
La investigación incluye los datos de 318 pacientes españoles(de edad media 56,6 años y de los cuales un 69,2%, son mujeres), la serie de casos tratada con este anticuerpo monoclonal más grande comunicada hasta el momento en un solo país. En su desarrollo participaron 24 unidades hospitalarias especializadas en asma y distribuidas en toda España. “Estamos muy orgullosos de haber realizado un estudio tan grande y de haber obtenido tan buenos resultados que nos confirman que con la adición de mepolizumab hemos ayudado a mejorar la vida de muchas personas con asma grave eosinofílica de nuestro país”, remarca la doctora Eva Martínez Moragón, jefa de Servicio de Neumología en el Hospital Doctor Peset de Valencia.
Los participantes en este estudio de cohorte observacional multicéntrico de fase IV de pacientes con SEA son fundamentalmente mujeres (69,2%), con un Índice de Masa Corporal (IMC) medio de 28,6 kg/m2. De entre ellas, cerca de un 40% tenían más de 700 eosinófilos en sangre y casi la mitad (46,2%) tenía poliposis nasal concomitante.
El uso de mepolizumab en pacientes con asma grave reduce en un 77% las exacerbaciones graves
Para la realización del estudio, se recopilaron y compararon retrospectivamente durante un periodo de un año la tasa de exacerbación grave, la función pulmonar, el uso de corticoides orales y la prueba de control del asma, tanto antes como durante el tratamiento con mepolizumab. Además, se estudiaron los eventos adversos de su aplicación. En este sentido, se concluyó que las tasas de exacerbación disminuyeron en un 77,5%, y que el 50,6% de los pacientes no sufrieron ninguna exacerbación durante los 12 meses de tratamiento.
El doctor Christian Domingo Ribas, neumólogo en el Hospital Parc Taulí de Sabadell, responsable de la Unidad de Asma Grave y profesor agregado del departamento de medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona, destaca de este informe que “los efectos secundarios de los corticoides sistémicos (orales, por vía intramuscular -IM- o endovenosa -EV-) son notables y se debe evitar mantenerlos durante periodos prolongados o administrarlos a ciclos repetidos”. Asimismo, hace hincapié en que REDES “muestra que, en vida real, mepolizumab permite un descenso notable del consumo de corticoides orales”. Un 47,8% de los pacientes en tratamiento de mantenimiento con corticoides orales al inicio del estudio consiguió suspenderlo a los 12 meses.
REDES también recoge la observación de mejoría de la función pulmonar: un 10,4%, es decir, 210mL a los 12 meses; así como 6,7 puntos de mejora en el Test de Control del Asma (ACT por sus siglas en inglés): de 14,1 a 20,8.
El estudio REDES confirma que mepolizumab mejora la función pulmonar y disminuye la dependencia de corticoides orales sistémicos
Por su parte, la doctora Teresa Carrillo Díaz, Jefa de Servicio de Alergia en el Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria y profesora en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, recuerda que entre un 5% y un 10% de asmáticos presentan asma grave persistente y esto“implica una importante repercusión en la atención sanitaria” dado que requieren, con frecuencia, de atención urgente u hospitalización por exacerbaciones de asma. “Se estima que dos tercios de los casos de asma grave tienen inflamación eosinofílica persistente de la vía aérea a pesar de usar altas dosis de esteroides inhalados o sistémicos. Las características de este tipo de asma son la presencia de exacerbaciones recurrentes, mal control de la enfermedad e inflamación eosinofílica”, apunta.
De esta manera, los investigadores abogan por continuar trabajando “para analizar la eficacia en subgrupos con obesidad, poliposis nasal y en aquellos que previamente habían sido tratados con omalizumab”, remarca la doctora Marina Blanco Aparicio, Neumóloga en el Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña (CHUAC) y Coordinadora del Área de Asma de Separ, quien también insistió en que “un 80,5% de los pacientes que formaron parte del estudio no precisó acudir a urgencias ni ingreso hospitalario”.
Este estudio de vida real de pacientes con SEA confirma que mepolizumab es efectivo para reducir las exacerbaciones clínicamente relevantes, mejorar la función pulmonar y disminuir la dependencia de corticoides orales sistémicos (OCS, por sus siglas en inglés) y la dosis media de estos a los 12 meses.