El Instituto de las Mujeres ha presentado las principales conclusiones del estudio “Educación y salud menstrual de las mujeres jóvenes en España”, realizado por la investigadora Dra. Alicia Botello Hermosa para la Unidad para la Igualdad dependiente del Vicerrectorado de Servicios Sociales, Campus Saludable, Igualdad y Cooperación de la Universidad de Sevilla.
Como se ha informado desde el Ministerio de Igualdad, el estudio busca abordar la manera en que las jóvenes españolas se relacionan con su menstruación. Para ello, se ha llevado a cabo la realización de una encuesta online a más de 1.000 mujeres españolas de 18 a 24 años. Además, y para ahondar en la existencia de distintos discursos, posteriormente se realizaron 4 grupos de discusión.
Los principales resultados concluyen que el tabú menstrual, entendido como no hablar ni dar información relacionada con el ciclo menstrual o usar eufemismos y lenguaje metafórico, va disminuyendo en España con las diferentes generaciones, principalmente en los hogares. Sin embargo, persiste en la mayoría de las participantes la evitación de hablarlo con los hombres de la familia (padres, hermanos) por vergüenza.
Se ha llevado a cabo la realización de una encuesta online a más de 1.000 mujeres españolas de 18 a 24 años
Por otra parte, y en espacios educativos, la menstruación continúa siendo un tema que no se aborda con la normalidad y el rigor que se requiere. Sólo un 30,7% de encuestadas afirma que en el colegio/instituto le explicaron el ciclo menstrual y la menstruación aclarando dudas, por lo que las jóvenes españolas consideran insuficiente la información recibida en la etapa educativa.
Resultado de ese desconocimiento general, que también atañe a las señales de alarma y posibles motivos de consulta al especialista, muchas mujeres jóvenes españolas, para las que el dolor intenso durante la menstruación y el malestar general asociado dificultan el seguir con su día a día normal, recurren a la automedicación por “normalizar” este dolor.
El estudio aporta algunas proposiciones centradas en la importancia de apostar por la educación, impartiendo formación de calidad a ambos sexos sobre la menstruación y el ciclo menstrual, de cara a llenar lagunas de conocimientos que puedan existir y a normalizar la menstruación en la etapa educativa. También, en la necesidad de mejorar la accesibilidad y facilidad a productos menstruales en centros educativos y proporcionar formación sobre su manejo.
Por otra parte, subraya la responsabilidad de potenciar la investigación y facilitar el acceso a especialistas en ginecología en menor tiempo, ya que el dolor está muy presente entre las mujeres jóvenes y hace que en muchas ocasiones se automediquen o aguanten porque creen que es “lo normal”.
Finalmente, señala el interés de integrar a los hombres en la cultura de la salud menstrual, mediante campañas de formación y sensibilización que los incluyan, para que deje de percibirse la menstruación como “cosa de mujeres” y se entienda como asunto de derechos humanos.