La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) es una enfermedad infecciosa grave que afecta, principalmente, a niños menores de cinco años. Está asociada a importantes y limitantes secuelas físicas, neurológicas y psicológicas a largo plazo. Si ponemos el foco en España, la mayoría de los casos (65%) están provocados por el meningococo del serogrupo B (MenB). Entre un 5-10% de los pacientes fallece entre las primeras 24-48 horas según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
A pesar de estas cifras, la vacuna contra el meningococo B, conocida como “Bexsero”, no se encuentra incluida en el calendario nacional de vacunación. Tan solo Canarias y Castilla y León la incluyen en sus calendarios autonómicos. Un paso que han anunciado en las últimas semanas Andalucía y Cataluña. En este sentido, la fotografía que reporta nuestro país muestra una situación de desigualdad y una brecha entre las distintas comunidades autónomas.
La seguridad y eficacia de “Bexsero”se ha demostrado en los últimos años a través de ingente evidencia científica. Países como Portugal o Reino Unido entre otros han apostado por este suero como mecanismo protector con resultados que refuerzan los arrojados por los distintos estudios que motivaron su autorización por los gobiernos nacionales. Bajo el título de “Cost of illness of invasive meningococcal disease caused by serogroup B ‘Neisseria meningitidis’ in Spain”, una reciente investigación ha estimado la carga económica de la enfermedad desde una perspectiva social en España. Para ello se ha utilizado un enfoque basado en los modelos empleados en Alemania para estimar la carga económica de MenB adaptados al entorno español.
“La enfermedad meningocócica invasiva es una enfermedad poco frecuente pero grave, con una gran carga económica para la sociedad española. Los elevados costes por caso de EMI reflejan su gravedad en cada paciente que padece la enfermedad, especialmente por el desarrollo de secuelas”
De acuerdo con las principales conclusiones del estudio, el coste total desde la perspectiva social para una cohorte hipotética de 142 casos de MenB de todas las edades se estimó entre los 4,74 y los 13,14 millones de euros, según se use el método de costes de fricción (MCF, por sus siglas en inglés) o el método de capital humano (MCA, por sus siglas en inglés) para la estimación de los costes indirectos Este coste se traduce en unos 33.484 y 92.768 euros por caso, respectivamente.
Si ponemos el foco en las secuelas de la enfermedad, estas supusieron el 62,46-77,63% del coste total asociado a MenB. En algunos casos estas secuelas se padecen de por vida. El trastorno por hiperactividad y el déficit de atención, incluidos dentro de las secuelas psicológicas, son las que presentan un mayor impacto económico; entre el 25,1-26,6% del coste total de secuelas (utilizando el método FCA como HCA), seguido por la ansiedad por separación según el método HCA y la enfermedad renal usando el método FCA.
En la fase aguda de la enfermedad, el coste indirecto estuvo principalmente determinado por el impacto de las muertes prematuras y, además, el 81,9% de las pérdidas de productividad se produjeron en los padres, y no en los propios pacientes.
Precisamente fueron los niños menores de cuatro años quienes representaron el 45% (44,8-45,4%, MCF y MCA respectivamente) del coste total de MenB en España.
“La enfermedad meningocócica invasiva es una enfermedad poco frecuente pero grave, con una gran carga económica para la sociedad española. Los elevados costes por caso de EMI reflejan su gravedad en cada paciente que padece la enfermedad, especialmente por el desarrollo de secuelas”, concluyen los autores del estudio.