Este sábado se celebra el Día Mundial de la Meningitis, con el fin de generar conciencia y conocimiento a la población sobre esta enfermedad, cuáles son sus principales signos y síntomas, así como las formas de prevenirla. Esta enfermedad se caracteriza por la inflamación de las membranas que rodean y protegen al cerebro y a la médula espinal, conocidas como meninges. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que cada año se diagnostican en España más de mil casos de esta enfermedad, aunque probablemente este número sea mayor dados los casos leves que no llegan a consultar.
Hasta el 90% de los casos de meningitis se deben a la infección por un virus o bacteria. ''Diferenciar si estamos ante una meningitis causada por un virus o una bacteria es crucial ya que la gravedad del cuadro y la posibilidad de presentar secuelas a largo plazo difiere de forma muy importante, a pesar de que pueden causar síntomas similares'', afirma el neurólogo Luis Lobato Pérez, del Hospital La Luz de Madrid. Según el experto, una valoración médica precoz realizada por un neurólogo es crucial. ''Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza y rigidez de nuca, pero también pueden causar síntomas tan diversos como náuseas o vómitos, confusión, somnolencia, convulsiones o lesiones cutáneas'', indica el doctor Lobato.
De acuerdo al neurólogo del Hospital La Luz, la meningitis bacteriana constituye una emergencia médica, que en caso de no tratarse puede causar secuelas irreversibles, como sordera, epilepsia, retraso mental, lesiones cerebrales e incluso la muerte.
En la era preantibiótica la evolución de la meningitis bacteriana era irremediable casi en el 100% de los casos. Con la llegada de los antibióticos la mortalidad se ha reducido a menos del 10%, estimándose que causa más de 300.000 muertes al año en todo el mundo. ''Además, la posibilidad de presentar secuelas irreversibles a largo plazo, y la gravedad de estas, aumentan conforme se retrasa el inicio del tratamiento. En el caso de la meningitis vírica la gravedad del cuadro es menor, aunque también potencialmente mortal y con riesgo de secuelas a largo plazo'', indica Luis Lobato.
Según el especialista, el diagnóstico se basa en una valoración clínica detallada, que recoja el inicio y la cronología de los síntomas, una exploración física exhaustiva para evidenciar signos y síntomas que hayan podido pasar desapercibidos para el paciente, así como la realización de pruebas complementarias con el fin de evidenciar la presencia de inflamación o infección en el líquido cefalorraquídeo e identificar al agente causal.
''En la actualidad el tratamiento consiste en medidas generales, pudiendo requerirse el ingreso en una unidad de cuidados intensivos, junto con el empleo de fármacos específicos dirigidos contra el agente causal en casos de meningitis bacterianas y algunos tipos de meningitis víricas. En algunos casos es necesario tratar posibles complicaciones como crisis epilépticas e incluso accidentes cerebrovasculares. Por tanto, el diagnóstico y tratamiento precoz es la mejor forma de prevenir complicaciones y secuelas a largo plazo'', asevera el doctor Lobato Pérez.