Fue en diciembre de 2018 cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprobó la introducción de las terapias CAR-T en Europa. Posteriormente, en julio de 2019, el Sistema Nacional de Salud (SNS) dio luz verde a su entrada en nuestro país, permitiendo que los pacientes con cáncer tengan alternativas más eficaces para el tratamiento de la enfermedad. Pero desde este momento, no todo ha sido como se esperaba.
Como ya adelantamos anteriormente en ConSalud.es, las terapias CAR-T han logrado remisiones completas en el 40% de pacientes que padecían alguna enfermedad oncológica incurable. Sin embargo, muchos se han topado con restricciones en el momento de acceder a estas terapias. Ejemplo de ello es que, en el mundo, tan solo un 1% de las personas candidatas a este tratamiento lo reciben.
"La mitad de los pacientes sufren una recaída en un plazo de uno a dos años"
Otro frente que se ha abierto en torno a este tratamiento inmunológico es su persistencia en el tiempo. Tal y como exponen investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y del Instituto de Cáncer Dana-Farber, pese a ser una terapia que funciona cuando otros tratamientos han fallado, puede aumentar la supervivencia solo a corto plazo. Esto quiere decir que, pese a su efectividad, “la mitad de los pacientes sufren una recaída en un plazo de uno a dos años”, detallan Mohammad Rashidian y Taha Rakhshandehroo.
Por esta razón, ambos científicos han estudiado la capacidad de una proteína potenciadora para aumentar tanto la actividad como la persistencia de las células CAR-T en el cuerpo de forma que den una respuesta inmunitaria a las células cancerosas más larga. “Esta proteína no solo aumenta la actividad anticancerígena de las células, sino que también promueve el desarrollo de células T CAR de memoria, que brindan protección inmunitaria a largo plazo contra el cáncer, similar a la respuesta inmunitaria después de la infección o la vacunación con varicela”, comentan.
Esta proteína es capaz de actuar sobre las células CAR-T “mejorando su actividad y persistencia”, sostienen los científicos. Y aunque ambos han trabajado por llevar este método a la práctica clínica lo antes posibles, todavía no se ha probado en humanos, pero sí en ratones utilizados como modelo de mieloma múltiple.
"La proteína potenciadora fusiona el marcador de cáncer con una molécula llamada IL-2, que mejora la actividad y la persistencia de las células"
Este procedimiento no pretende alterar las células CAR-T, o al menos así lo plantean sus investigadores. Más bien su objetivo fue “estimular las células CAR-T después de la infusión y en el momento deseado, en lugar de alterarlas”, apuntan desde la revista oficial de la Universidad de Harvard. “La proteína potenciadora fusiona el marcador de cáncer con una molécula llamada IL-2, que mejora la actividad y la persistencia de las células T. La IL-2 está diseñada para ser débil, de modo que no afecte a las células T normales, evitando así las toxicidades”, comentan.
“A veces, en la ciencia, se ven diferencias marginales aquí y allá, y luego se hacen las estadísticas y se descubre su importancia”, puntualiza el investigador del Instituto de Cáncer Dana-Farber, Rakhshandehroo. “Para nosotros, fue como la noche y el día. Una vez que lo vimos, supimos que estaba sucediendo algo muy importante”, añade.
"Una vez que lo vimos, supimos que estaba sucediendo algo muy importante"
El riesgo de esta nueva forma de tratamiento con las células CAR-T podría ser la sobreestimulación. Sin embargo, para evitarla, Rashidian explica que han ajustado "la proteína potenciadora para que tenga una vida media circulatoria corta de solo dos horas antes de que se elimine del cuerpo”, de forma que estimule, pero no sobreestimule.
Por ahora, esta investigación se encuentra en fase 1 para evaluar la eficacia y seguridad de esta proteína sobre las terapias de células CAR-T. “Estoy muy entusiasmado con esto”, asevera Rashidian. “Funciona mejor de lo que esperábamos. Es increíblemente robusto. Tengo muchas esperanzas de que salvará las vidas de los pacientes”, concluye.