El Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico Universitario de Valencia, ha coordinado una investigación sobre un tratamiento para personas mayores que hayan sufrido infarto agudo de miocardio. Los resultados han sido publicados en la revista JAMA Network Open en un artículo con el nombre de ‘Estrategia de tratamiento invasivo en adultos con fragilidad y sin elevación del segmento ST en infarto de miocardio. Un análisis secundario de un ensayo clínico aleatorizado’.
El principal investigador del ensayo ha sido el doctor Juan Sanchis, coordinador del Grupo de Investigación en Cardiología Clínica de INCLIVA, jefe de servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, catedrático de Medicina de la Universitat de Valencia e investigador de CIBERCV (Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Cardiovasculares), del Instituto de Salud Carlos III. Han participado hasta 13 centros españoles junto al CIBERCV.
El estudio recoge el análisis secundario del ensayo aleratorio MOSCA-FRAIL, publicado en 2023. Y para llevarlo a cabo han contado con la participación de 167 pacientes mayores de 70 años con fragilidad y que padecieron un infarto agudo de miocardio sin elevación del segmento ST (IAMSEST).
“Nuestro estudio es el primero publicado dirigido específicamente a los pacientes frágiles”
Los resultados muestran que una intervención invasiva de rutina, como es un cateterismo dentro de las 72 horas, frente a una estrategia conservadora como los medicamentos no redujo el número de días de vida. Tras 1.113 días de seguimiento tras el alta del hospital, los protocolos invasivos se posicionaron con menos supervivencia después del primer año. Aquellos que sobrevivieron tras los 12 primeros meses después del tratamiento invasivo, vivieron más días. De manera que el resultado se definió como neutro.
“Este artículo es una extensión de un ensayo multicéntrico que hemos coordinado para comparar las estrategias invasivas frente a las conservadoras en pacientes ancianos frágiles que padecieron un infarto agudo de miocardio sin elevación del segmento ST (IAMSEST)”, explica Sanchis.
Sanchis recalca que el objetivo de la investigación era comparar los resultados entre las estrategias invasivas y las conservadoras en la población mayor: “La fragilidad tiene un impacto perjudicial en el pronóstico de los adultos mayores con infarto agudo de miocardio sin elevación del segmento ST (IAMSEST). El tratamiento óptimo, es decir, estrategias invasivas o conservadoras, aún se desconoce. Las guías de práctica clínica recomiendan en este tipo de infartos una estrategia invasiva rutinaria, pero se basan en estudios que excluyeron a pacientes frágiles. Nuestro estudio es el primero publicado dirigido específicamente a estos pacientes”.
El investigador principal concluye que una estrategia conservadora inicial y observación puede ser más apropiada para este tipo de pacientes con altos niveles de fragilidad. Estos hallazgos proporcionan información valiosa para la toma de decisiones clínicas en estos pacientes vulnerables”.