La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, más conocida por las siglas EPOC, es una de las patologías crónicas más prevalentes en España, afectando a casi el 12% de los mayores de 40 años. El “perfil mayoritario de paciente con EPOC de Medicina Interna” es el de un hombre de más de 80 años con comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, insuficiencia cardíaca, anemia y enfermedad real. No obstante, este perfil está cambiando.
Según informa la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), esta patología está muy infradiagnosticada. Tanto, que el porcentaje de infradiagnóstico supera el 70% en hombres y hasta el 80% en mujeres. Unos datos que se traducen en que se estima que hay más de 500.000 mujeres con EPOC que no están diagnosticadas.
Estos son algunos de los datos expuestos en la XV Reunión del Grupo de Trabajo EPOC que la SEMI organizó en Valencia entre los días 29 y 30 de septiembre. Este evento ha reunido a internistas de todo el territorio nacional para ahondar en las principales novedades en la epidemiología, diagnostico y tratamiento de la EPOC, tanto en la fase de estabilidad como en las agudizaciones o brotes. La importancia de la detección precoz y el abordaje multidisciplinar de la enfermedad, han sido el hilo conductor del evento.
En este escenario, la figura del médico internista como “especialista con visión global es fundamental”. “No en vano, Medicina Interna es el servicio hospitalario que más altas registra en el SNS con diagnóstico de EPOC (39,03%)”, informa la SEMI.
La disnea es el síntoma principal y más limitante de la enfermedad y haber padecido alguna infección respiratoria los 12 meses previos, aumenta el riesgo de desarrollar exacerbaciones (agudizaciones) y hospitalizaciones
“Cada vez ingresan más mujeres en planta (o salas) de hospitalización con EPOC y con edades más jóvenes con respecto a los varones”, explica la coordinadora del Grupo de EPOC de la SEMI, la Dra. Belén Alonso Ortiz. “Está cambiando la cara de la EPOC según los diferentes estudios epidemiológicos de nuestro entorno (Europa y EEUU)”, añade la experta, que insiste en que en ellas, la EPOC “presenta diferencias significativas, debuta a edades más tempranas y produce más sintomatología”.
La disnea es el síntoma principal y más limitante de la enfermedad y haber padecido alguna infección respiratoria los 12 meses previos, aumenta el riesgo de desarrollar exacerbaciones (agudizaciones) y hospitalizaciones, además de desembocar en una peor calidad de vida, inactividad y deficiente condición física tras el alta hospitalaria.
EL TABACO, LA PRINCIPAL CAUSA DE EPOC
Sobre los factores desencadenantes, la SEMI destaca el tabaquismo como la principal causa de EPOC en el mundo occidental. Fumar provoca efectos nocivos en la salud de los pacientes y favorece el desarrollo de enfermedades asociadas, como las cardiovasculares o las cerebrovasculares. La predisposición genética y otros factores como la exposición a la combustión de biomasas (leña y otros), la contaminación ambiental de las grandes ciudades o el tabaquismo pasivo, son otros aspectos a tener en cuenta.
El papel del médico internista seguirá siendo "muy importante, tanto en el manejo de estos pacientes en las fases de exacerbación, como en las fases estables de la enfermedad”
"La EPOC es una enfermedad crónica que cursa en brotes (exacerbaciones). Se sabe que las infecciones por virus (por supuesto, la Covid-19) o bacterias y/o la insuficiencia cardíaca son los desencadenantes más frecuentes. Otras enfermedades pueden descompensar una EPOC como la anemia o el mal control del dolor por fracturas vertebrales osteoporóticas", insiste SEMI.
Durante la reunión, también se puso sobre la mesa el "desafío" que supondrá atender en los hospitales a pacientes con EPOC cada vez más complejos y con más comorbilidades, dada la mayor esperanza de vida gracias al desarrollo de tratamientos más eficaces y mejores dispositivos de inhalación.
Por todo lo expuesto, el papel del médico internista seguirá siendo "muy importante, tanto en el manejo de estos pacientes en las fases de exacerbación, como en las fases estables de la enfermedad”.