Según un nuevo estudio, los inhibidores del cotransportador-2 de sodio-glucosa (SGLT2i) pueden conducir a una cetoacidosis peligrosa no detectada en los diabéticos durante la cirugía, ya que su nivel de azúcar en la sangre permanece normal.
Por ello, investigadores del Hospital Reina Isabel (Adelaida, Australia) y la Universidad de Adelaida (UA; Australia) han buscado en PubMed, Embase y ProQuest informes clínicos de cetoacidosis diabética perioperatoria (CAD) con concentraciones de glucosa en sangre casi normales, denominadas cetoacidosis euglucémica (EDKA), que involucran medicamentos SGLT2i, hasta enero de 2019.
En total, se han informado de 42 casos de EDKA y cinco casos de cetoacidosis diabética hiperglucémica (HDKA).
En este sentido, el SGLT2i Canagliflozin estuvo implicado en 26 casos, con un tiempo de presentación que varió desde unas pocas horas hasta seis semanas después de la cirugía. Los factores precipitantes incluyeron cambios en la medicación, modificaciones en la dieta y enfermedades intercurrentes. Así, 13 de los casos (12 EDKA, un HDKA) involucraron cirugía bariátrica, con 10 de estos pacientes que notaron que los regímenes de dieta muy bajos en calorías eran un factor precipitante.
Por otro lado, 7 pacientes requirieron ventilación mecánica y se observó lesión renal aguda (IRA) en cinco. Los datos de resultados estaban disponibles en 32 casos, todos ellos se recuperaron por completo.
Los inhibidores del cotransportador-2 de sodio-glucosa (SGLT2i) pueden conducir a una cetoacidosis peligrosa no detectada en los diabéticos durante la cirugía, ya que su nivel de azúcar en la sangre permanece normal
''La cetoacidosis euglucémica puede ocurrir en personas con diabetes tipo 1 y tipo 2. A menos que se realicen pruebas especiales para evaluar la carga de ácido en el cuerpo, los médicos pueden pasar por alto esta complicación. Los síntomas son similares a otros eventos durante y después de la cirugía, como una acumulación leve de ácido, vómitos y dolor abdominal'', ha señalado Venkatesan Thiru, autor principal del estudio, y ha añadido que ''la cetoacidosis euglucémica es engañosa y es probable que se la pase por alto fácilmente, ya que se presenta con niveles de azúcar en sangre cercanos a lo normal o bajos''.
A su vez, ha manifestado que ''cada vez se usan más los medicamentos con gliflozina para proteger a las personas contra las enfermedades del corazón y los riñones. Trabajan en los riñones para excretar el exceso de azúcar en la orina de los pacientes diabéticos. La condición puede ocurrir en el período previo a la cirugía cuando los pacientes no pueden comer y beber normalmente''.
''Los pacientes que realizan una cirugía de reducción de peso cuando están en un programa de dieta especial tienen un mayor riesgo de experimentar esta complicación. La clave es la vigilancia adicional y los pacientes deben ser educados al respecto. Los médicos deben solicitar que se analice la carga de ácido verificando los niveles de cetonas en la sangre'', ha comentado Venkatesan Thiru.
Así, la DKA surge debido a la falta de insulina en el cuerpo, lo que conduce a una mayor liberación de glucosa por el hígado a través de la glucogenólisis y la gluconeogénesis. Los altos niveles de glucosa son eliminados por la orina, llevándose agua y minerales, en un proceso conocido como diuresis osmótica. Esto conduce a la liberación de ácidos grasos libres del tejido adiposo, que se convierten, a través de la oxidación beta, en cuerpos cetónicos. Los cuerpos cetónicos, a su vez, hacen que la sangre se vuelva ácida (acidosis metabólica), lo que puede tener graves consecuencias, como el coma y la muerte.