Más de tres millones de niños murieron por infecciones resistentes a los antibióticos en 2022

El estudio subraya la urgente necesidad de estrategias regionales y globales para controlar la RAM pediátrica, en particular en zonas con alta incidencia, como el Sudeste Asiático y África

Resistencia Antibiótica (Foto: Freepik)
Resistencia Antibiótica (Foto: Freepik)
CS
14 abril 2025 | 13:30 h

Un estudio de la Universidad de Brown (Estados Unidos) presentado en ESCMID Global 2025 (celebrado en Viena, Austria) ha revelado que más de 3 millones de niños en todo el mundo perdieron la vida en 2022 debido a infecciones relacionadas con la resistencia a los antimicrobianos (RAM).

El estudio subraya la urgente necesidad de estrategias regionales y globales para controlar la RAM pediátrica, en particular en zonas con alta incidencia, como el Sudeste Asiático y África. La RAM representa una amenaza crítica para los niños, quienes son muy vulnerables a las infecciones. El acceso a nuevas formulaciones de antibióticos suele ser mucho más limitado para los niños debido a los retrasos en el desarrollo de productos.

Los datos del estudio revelaron que, tan solo en 2022, más de 752.000 niños en el Sudeste Asiático y 659.000 niños en África murieron por complicaciones asociadas a la RAM. Muchas de estas muertes se relacionaron con el uso de antibióticos de vigilancia (medicamentos con alto riesgo de resistencia) y antibióticos de reserva (tratamientos de último recurso para infecciones graves y multirresistentes).

Su uso debe limitarse únicamente a quienes los necesitan para preservar su eficacia y reducir el desarrollo de resistencia

Los antibióticos de vigilancia y reserva no están destinados al tratamiento de primera línea y su uso debe limitarse únicamente a quienes los necesitan para preservar su eficacia y reducir el desarrollo de resistencia. Por el contrario, los antibióticos de acceso son los más disponibles y se utilizan para tratar infecciones comunes debido a su menor potencial de desarrollar resistencia.

Entre 2019 y 2021, el uso de antibióticos de vigilancia aumentó un 160% en el Sudeste Asiático y un 126 % en África. Durante el mismo período, el uso de antibióticos de reserva aumentó un 45% en el Sudeste Asiático y un 125 % en África. A nivel mundial, de las más de 3 millones de muertes de niños, 2 millones estuvieron asociadas al uso de antibióticos de vigilancia y reserva.

"Si bien el aumento en el uso de antibióticos de vigilancia y reserva puede ser necesario en respuesta al aumento simultáneo de infecciones farmacorresistentes, el drástico aumento en el uso de estos fármacos presenta varios riesgos graves a largo plazo", asegura el profesor Joseph Harwell de la Facultad de Medicina Warren Alpert de la Universidad de Brown y coautor del estudio.

"Su uso creciente, especialmente sin una supervisión rigurosa, aumenta el riesgo de resistencia y limita las futuras opciones de tratamiento"

Diversos factores contribuyen a la gravedad de la RAM en países de ingresos bajos y medios, como la saturación hospitalaria, las deficiencias en el saneamiento y las deficientes medidas de prevención de infecciones, que facilitan la propagación de patógenos resistentes en centros de salud y comunidades. Debido a la falta de herramientas diagnósticas y a la preocupación por los diagnósticos erróneos, el uso excesivo e indebido de antibióticos también está muy extendido en estas regiones.

Además, muchos países de ingresos bajos y medios carecen de programas nacionales eficaces de vigilancia y optimización del uso de antimicrobianos, lo que dificulta el seguimiento de las tendencias de resistencia y el establecimiento de protocolos de tratamiento eficaces.

"La creciente resistencia a los antibióticos de vigilancia y reserva acabará provocando un mayor fracaso del tratamiento", apostilla el profesor Harwell. "Las tasas de mortalidad, que ya son alarmantemente altas, seguirán aumentando significativamente, sobre todo en países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a tratamientos alternativos e intervenciones médicas avanzadas puede ser limitado".

"La vigilancia mundial y nacional de la RAM debe adoptar un enfoque de 'One Health' con sistemas rentables que puedan fundamentar las directrices de tratamiento"

El profesor Harwell añade: "Abordar este problema requiere una acción urgente y coordinada tanto a nivel regional como mundial. La vigilancia mundial y nacional de la RAM debe adoptar un enfoque de 'One Health' con sistemas rentables que puedan fundamentar las directrices de tratamiento y medir el impacto de las intervenciones de control".

A nivel regional, instamos a los responsables políticos a que exijan programas de optimización del uso de antimicrobianos en todos los centros de atención pediátrica. Una mejor clasificación por edades en los datos de vigilancia también mejorará nuestra comprensión de las importantes diferencias en las tasas de resistencia entre las distintas categorías de edad, así como de los mecanismos de resistencia específicos de la población pediátrica. Además, instamos a la implementación de directrices nacionales para garantizar que la vigilancia sistemática informe sobre el uso de antibióticos, concluye el profesor Harwell.

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