En 70 años, de 1950 al 2021, los avances médicos han revolucionado el abordaje de las enfermedades y eso se ha traducido en un cambio en la salud mundial realmente significativo. En este tiempo las tasas de mortalidad cayeron un 62,8% y la esperanza de vida aumentó a nivel mundial en 22,7 años, según los datos que se desprenden del reciente estudio publicado en ‘The Lancet’ y en el que se destaca los avances en reducir la carga mundial de enfermedades.
Fue en 1955 cuando se desarrolló la primera vacuna contra la polio. Tres años después se fabricó el primer marcapasos cardiaco. En los años 60 se generaron válvulas cardiacas artificiales y tuvieron lugar los primeros trasplantes de corazón. En 1977 se erradicó la viruela en el mundo. A finales de los años 80 apareció el primer tratamiento frente al VIH. Los años 90 y las primeras décadas del siglo XXI trajeron consigo avances en tecnología y genética que han revolucionado el abordaje de cientos de enfermedades.
En 2021, la tasa de mortalidad de los hombres de 15 a 39 años fue un 65,9 % más alta que la de las mujeres
Los avances en técnicas médicas, así como los ambientes cada vez más salubres y el acceso a las medidas higiénico-sanitarias, han llevado a una mortalidad tanto infantil como adulta más baja, así como una alta mejora de la esperanza de vida a nivel global: tanto en países de altos y medios ingresos como de bajo ingresos.
Esta tendencia se ha dado a lo largo de los últimos años del siglo XX y los primeros del siglo XXI en ambos sexos también, aunque con ciertas diferencias. La mortalidad femenina históricamente siempre ha sido menor que la masculina, pero desde los años 70 esta diferencia ha aumentado: en 2021, la tasa de mortalidad de los hombres de 15 a 39 años fue un 65,9 % más alta que la de las mujeres. La brecha cada vez mayor entre hombres y mujeres también se observó en casi todos los grupos de edad de 40 años o más, recoge el análisis.
La tasa de mortalidad durante la Covid-19 aumentó un 5,1% tras años a la baja en los que se consiguió una reducción del 62,8% desde 1950 hasta 2019
La mejora de la esperanza de vida ha llevado a un incremento de la población exponencial. Aunque, como destaca el estudio, desde 2017 se produce una desaceleración de la población mundial, la evolución en la salud global se ha traducido en un incremento de la población, especialmente en los países de bajos ingresos donde la mortalidad infantil se ha reducido a tasas bajas. De esta forma, en 2021 se alcanzaron las 7,89 mil millones de personas en el mundo.
Esta tendencia de mejora de la salud y la esperanza de vida, y de reducción de la tasa de mortalidad se mantuvo hasta 2020, y entonces llegó la pandemia Covid-19 y por primera vez en esas décadas se sufrió un importante retroceso en las tendencias de evolución en salud.
EL IMPACTO DE LA COVID-19
La pandemia de la Covid-19, la enfermedad causada por la infección con el virus SARS-CoV-2, irrumpió en 2020 a nivel global generando la emergencia sanitaria más grande de los últimos años. Se estima que entre 2020 y 2021 murieron 15,9 millones de personas debido a esta patología y las secuelas de esta enfermedad ha frenado las tendencias conseguidas hasta el momento.
Como indica el estudio, la tasa de mortalidad durante este periodo aumentó un 5,1% tras años a la baja en los que se consiguió una reducción del 62,8% desde 1950 hasta 2019. La esperanza de vida mundial al nacer disminuyó 1,6 años (1,0–2,2) entre 2019 y 2021, invirtiendo de nuevo las tendencias históricas que habían alcanzado un incremento de 22,7 años pasando de 49 a 71,7 de esperanza de vida a nivel global. La Covid-19, como señaló en su momento el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha sido “por mucho” la peor emergencia sanitaria a la que se ha enfrentado la sociedad moderna.