La calidad del sueño es un factor determinante tanto para nuestra salud física como mental, especialmente si hablamos del desarrollo infantil. Aproximadamente el 4% de los niños tienen diagnosticado un trastorno del sueño, con grandes variaciones en términos de prevalencia y problemas entre los que se incluyen una cantidad de sueño insuficiente, comportamientos anormales durante el sueño, alteraciones rítmicas del sueño y la vigilia. Los ritmos circadianos y la secreción de melatonina son mecanismos de vital importancia a la hora de regular el sueño y pueden verse influidos por multitud de factores.
Entre estos factores cobra cada vez más relevancia la luz artificial exterior como consecuencia directa del incremento de la urbanización. Las estimaciones apuntan a que la luz exterior artificial aumenta entre un 5-20% cada año en los entornos urbanos, por lo que más de cuatro quintas partes de la población mundial se ve ahora afectada por la contaminación lumínica nocturna. Una situación que se ha traducido en los últimos años con mayores riesgos para la salud. ¿Cómo afecta esta fotografía a la calidad del sueño de los niños en las zonas urbanas?
Para responder a esta pregunta ponemos el foco en un reciente estudio cuyos resultados han sido publicados por JAMA Network. El trabajo se ha desarrollado en varias etapas: una primera fase entre el 1 de abril de 2012 y el 30 de junio de 2013; y una segunda etapa comprendida entre el 1 de mayo de 2016 y el 31 de mayo de 2018. Se han analizado en total 55 distritos y 14 ciudades chinas. Una investigación transversal que ha incluido los datos de 201.994 participantes con edades comprendidas entre los dos y los 18 años del Estudio Nacional de Salud de los Niños Chinos. El análisis de los datos se efectuó entre el 20 de febrero y el 21 de marzo de 2022.
Los trastornos del sueño se midieron empleando la Escala de Trastornos del Sueño para Niños de China. Se utilizaron modelos mixtos lineales generalizados para estimar asociaciones de exposición a la luz artificial exterior con puntuaciones de sueño y trastornos del sueño.
Las estimaciones apuntan a que la luz exterior artificial aumenta entre un 5-20% cada año en los entornos urbanos, por lo que más de cuatro quintas partes de la población mundial se ve ahora afectada por la contaminación lumínica nocturna
Del total de niños participantes, 7.166 (3,5%) manifestaban síntomas que indicaban problemas relacionados con el sueño. La exposición a la luz artificial exterior osciló entre 0,02 y 113,48 nW/cm (la exposición a la luz artificial exterior se ha calculado en nanovatios por centímetro cuadrado por estereorradián).
Los autores de la investigación indican que sus hallazgos revelan una asociación de mayores probabilidades de trastornos del sueño, menor duración y mayor latencia del sueño cuanto mayor era la exposición a la luz exterior artificial. Han encontrado además variaciones en función de las distintas edades de los participantes, con asociaciones más fuertes entre los menores de 12 años.
“El mecanismo potencial de estas diferencias de edad puede ser que la primera infancia es un periodo en el que los niños son más sensibles al efecto inhibidor de la melatonina. Una sensibilidad que disminuye con la edad”, afirman los responsables de la investigación. Estos indican también que, aunque investigaciones previas sugerían una asociación más fuerte en niños que en niñas, “no encontramos una modificación por sexos”.
“Los hallazgos de este estudio transversal sugieren que existe una asociación entre la exposición a la luz artificial exterior y los trastornos del sueño en niños y que, la edad de los niños, generalmente modifica estas asociaciones”, resumen los responsables de la investigación. “Estos resultados sugieren además que para reducir la gravedad de los trastornos infantiles del sueño, los legisladores deben tomar medidas para controlar los niveles de exposición a la luz exterior artificial y los profesionales de la salud deben desarrollar estrategias para promover un sueño saludable y adecuado entre los niños”, concluyen.