En épocas de crisis, la salud autopercibida de la población mejora, “ya que ésta pasa a un segundo plano dejando los primeros puestos a otras preocupaciones relacionadas con problemas económicos”
Como señala Carolina Varela, una de las autoras del estudio, “las crisis económicas provocan la aparición de una serie de malestares, denominados por los epidemiólogos comolas patologías alrededor de la crisis, que tienen que ver con los desahucios, la pobreza energética, el desempleo y con diferentes formas de la violencia”.Sin embargo,Raquel Sanchez, otra las principalesfirmantes del informe, recuerda que en épocas de crisis, la salud autopercibida mejora, “ya que ésta pasa a un segundo plano dejando los primeros puestos a otras preocupaciones relacionadas con problemas económicos”.
El informe explica también que en épocas de crisis, la tendencia en la utilización del servicio de Urgencias, tanto para hombres como para mujeres, es ascendente, y que se trata de un problema crónico de nuestro sistema sanitario, debido a que refleja la mala utilización por parte de los usuarios de otra serie de recursos asistenciales como son la Atención Primaria.
DESIGUALDADES EN SALUD
Según el informe, “la crisis ha hecho que las desigualdades socioeconómicas se acentúen aún más creciendo la inequidad y, por ende, las desigualdades de la salud”. Los recortes y la austeridad en materia sanitaria, provocados para poder mantener el sistema Nacional de Salud (llegando a alcanzar una reducción media anual del 4,8% mediante la adopción de diversas medidas), unidos a la descentralización del sistema de salud español, al aumento de la pobreza, especialmente en los niños, y al desempleo, “han provocado también tres efectos a corto plazo: la emigración, el empobrecimiento y el desempleo”.
El estudio de la VIU explica que se estima que existe un retardo entre diez y veinte años desde que decrece el PIB hasta que aparecen todos sus efectos sobre la sociedad, e indica que tanto el nivel de renta per cápita de un país como su distribución son decisivos en el grado de salud de la población. Así, progresivamente, el empobrecimiento produce cambios en los hábitos de vida tales como la dieta, en la utilización de los servicios sanitarios y en la inversión en educación, que provocarán un efecto detectable a largo plazo.
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