Grandes revisiones y metaanálisis recientes con más de medio millón de participantes avalan el ejercicio físico y la fisioterapia como una parte del tratamiento no farmacológico de la enfermedad de Parkinson.
Francisco Grandas, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, asegura que existe evidencia científica que demuestra que la realización de ejercicio físico de forma continuada mejora aspectos motores de la enfermedad de Parkinson relacionados con la marcha y el equilibrio, reduciendo el número de caídas, y también algunos trastornos cognitivos.
La realización de ejercicio físico de forma continuada mejora aspectos motores de la enfermedad de Parkinson
“Hay datos que empiezan a reflejar que los pacientes con síntomas más leves obtienen más beneficios que pacientes con párkinson avanzado”. Por ello, se recomienza la terapia física desde las fases más iniciales: “Será parte importante de su vida y lo han de tomar como un tratamiento más”, explica el neurólogo.
Actualmente, el científico del Instituto Cajal del CSIC y presidente del Consejo Español del Cerebro, José Luis Trejo, está dirigiendo un estudio para determinar los beneficios antidepresivos y ansiolíticos de hacer ejercicio en el cerebro.
Su investigación con animales de laboratorio con modelos de enfermedades neurodegenerativas refleja que incluso los animales mayores que nunca habían hecho ejercicio han logrado revertir ligeramente la sintomatología, principalmente relacionada memoria y aprendizaje.
Ambos expertos coinciden en recomendar ejercicio diario de entre 40 minutos y una hora. “Mínimo un paseo a buen ritmo”, aconseja Grandas. “Que se muevan todo lo que puedan”, apunta Trejo. Además de caminar, el neurólogo cree importante la realización de ejercicios de elasticidad y equilibrio.