Se trata de un tipo de cáncer hematológico producido por la proliferación maligna de linfocitos (células defensivas del sistema inmunitario) y originado generalmente en los ganglios linfáticos. Aunque todavía no se conocen las causas de esta enfermedad, sí se sabe que las infecciones víricas y bacterianas contribuyen a su aparición.
El principal inconveniente de estas nuevas terapias es su elevado coste
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece la existencia de más de 40 tipos de linfoma, en función del tipo de células inmunes afectadas y los biomarcadores implicados. De manera general, existen dos grandes grupos: los linfomas de Hodgkin (LH), que suponen el 10% de todos los casos y se curan en la mayoría de los pacientes, y los linfomas no Hodgkin (LNH), que suponen el 90% restante y constituyen un gran reto desde el punto de vista de su abordaje.“Los adelantos logrados en histología, inmunología y citogenética han conducido a importantes avances en el conocimiento molecular de los linfomas, lo que ha traído consigo, a su vez, la llegada de nuevos y esperanzadores fármacos que están cambiando el paradigma terapéutico de la enfermedad y contribuyendo a mejorar la supervivencia y calidad de vida de los pacientes”, apunta la doctora Dolores Caballero, coordinadora de Geltamo.
Estos fármacos “presentan dos ventajas con respecto a la quimioterapia convencional"
Los nuevos tratamientos aprobados en 2016 se engloban en dos estrategias: terapias dirigidas e inmunoterapia. Las primeras “inhiben vías de señalización intracelular relacionadas con el receptor de los linfocitos B y han demostrado ser eficaces en algunos tipos de LNH, como linfoma de manto, algunos subtipos de linfoma difuso de célula grande y linfoma folicular en recaída”, explica la doctora Caballero.Estos fármacos “presentan dos ventajas con respecto a la quimioterapia convencional: un mecanismo de acción más específico y administración por vía oral”, añade. Por su parte, la inmunoterapia trata de utilizar nuestro propio sistema inmune para atacar la enfermedad. En este ámbito destacan los anticuerpos monoclonales anti-PD1, efectivos inicialmente en LH, y la terapia Cart, en fase de estudio para diferentes tipos de linfoma. “El conocimiento biológico permitirá establecer la terapia adecuada para cada paciente, disminuyendo la toxicidad y optimizando los tratamientos”.
Pero, el principal inconveniente de estas nuevas terapias es su elevado coste, por lo que “es fundamental conjugar el acceso a las mismas con la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario”, afirma la experta.