Los niños en hogares con fumadores sufren más infecciones respiratorias e ingresos hospitalarios

Se estima que los niños expuestos al humo de tabaco ambiental o HAT reciben una dosis de nicotina total anual equivalente a fumar 60-150 cigarrillos

El humo del tabaco, perjudicial para los niños
22 octubre 2018 | 13:51 h

El tabaquismo pasivo es la exposición de los no fumadores a los productos de la combustión del tabaco en espacios cerrados.

Los hogares de fumadores presentan niveles de nicotina ambiental elevados, es por ello que, tras un estudio publicado en “Prevención de Tabaquismo” de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), se deduce que los niños que habitan en hogares con padres y cuidadores fumadores, debido a su exposición al humo, presentan más infecciones respiratorias de las vías altas y bajas e ingresos hospitalarios respecto a los niños que viven en hogares sin humo.

Los niños son más vulnerables por su menor superficie corporal y peso, unido al hecho de que un niño menor de 18 meses se encuentra entre el 60-80% del tiempo en casa. En este sentido, se ha estimado que los niños de hogares fumadores recibirían una dosis de nicotina total anual equivalente a fumar 60-150 cigarrillos al año.

El 43% de los niños de 0 a 3 años están expuestos al HAT en su hogar y sufren más episodios y consultas por patología respiratoria.

Diferentes estudios han demostrado que la exposición al humo de tabaco ambiental (HAT) durante la infancia se asocia a un incremento del riesgo relativo de presentar infecciones agudas del tracto respiratorio, otorrinolaringológicas y asma.

Para evaluar los efectos del tabaquismo pasivo en la infancia, en particular de los 0 a los 3 años, se ha realizado un estudio retrospectivo transversal, en las consultas de pediatría de atención primaria del Centro de Salud Artilleros, de Madrid, en el que han participado un total de 150 niños, de los cuales el 56,7% han sido niños varones y el 43,3% niñas. Del total de niños estudiados, el 43,3% ha presentado exposición al HAT, de los cuales el 61,5% fueron niños y un 38,5% niñas. De los niños expuestos al HAT, el 56% lo estuvieron por tener un padre fumador, el 27,8% por madre fumadora y hasta un 15% por cuidador principal.

Los datos de padres, madres y cuidadores fumadores se obtuvieron mediante una encuesta telefónica. Los resultados en cuanto al hábito tabáquico de los adultos conviventes con los niños fueron que un 37% de los padres se declararon fumadores, frente al 26% de las madres (la suma del 19% que fumó en la gestación y el 7% que no fumó en la gestación) y el 46% de los cuidadores principales.

Estos datos son, según Eva de Higes, directora de la revista Prevención del Tabaquismo de SEPAR y neumóloga del Hospital Fundación Alcorcón de Madrid, “el reflejo de que existe un elevado porcentaje de fumadores en hogares con niños y un porcentaje elevado de mujeres gestantes que continúan con su hábito durante la gestación, así como fumadores en el grupo de cuidadores principales”.

RESUSLTADOS ASISTENCIALES Y POR ENFERMEDADES

El estudio realizado ha permitido confirmar que el número medio de episodios y consultas al pediatra por infecciones respiratorias, entre otras necesidades asistenciales, fue superior en niños expuestos al HAT respecto a los no expuestos. Así, los niños expuestos al humo de tabaco ambiental tuvieron una media de 9,0 episodios de infecciones respiratorias frente a 7,4 de los niños no expuestos; una media de 11,8 consultas al pediatra frente a las 9,4 de los no expuestos, una media de derivaciones a la atención especializada de 1,9 frente a 1,1 en no expuestos; y una media de 0,3 de ingresos por infecciones respiratorias, también superior en niños expuestos a HAT, frente a 0,2 en los no expuestos.

El número de episodios de infecciones respiratorias de vías altas en los niños expuestos fue superior a los no expuestos. En cambio, en el caso de la infección respiratoria de vías bajas, solo fue estadísticamente significativa la diferencia en el número de episodios en los niños expuestos y no expuestos, cuando la madre era la fumadora.

Los niños expuestos al HAT presentan mayor número de episodios de bronquiolítis

Por tipo de infección respiratoria, los niños expuestos a HAT tuvieron un número de episodios de bronquiolítis significativamente superior a los no expuestos y este número total de episodios de bronquiolitis fue significativamente superior en expuestos al HAT. Ahora bien, si la madre es la fumadora, el estudio ha encontrado que existen diferencias estadísticamente significativas en el número de episodios de bronquiolitis y en el número de consultas. En cambio, cuando el padre es el fumador, existe una diferencia en el número de consultas por neumonía, pero no se ha visto una asociación con un mayor número de episodios, lo cual puede reflejar una mayor gravedad de estos episodios.

Por otra parte, del total de la muestra de 150 niños participantes, 88 acudían a la guardería. Entre ellos, se ha observado un mayor número de episodios y de consultas, con respecto a los que no acuden. También, respecto a los niños que van a la guardería, los niños expuestos a HAT presentan un mayor número de episodios y consultas al pediatra por laringitis.

IMPACTO PATERNO  Y MATERNO

Tras analizar las distintas infecciones respiratorias, agrupándolas en vías bajas y altas, los autores del estudio han detectado que entre los niños expuestos por padre fumador existe un mayor número de episodios y consultas de infecciones de vías altas, mientras que en la exposición materna se han registrado un mayor número de episodios y consultas de patologías de vías bajas, existiendo una significación estadística en el número de episodios y consultas de bronquiolitis en el caso materno.

Una de cada cinco madres fuma durante el embarazo

En el estudio también se ha observado que una de cada cinco madres ha fumado durante la gestación. El hábito tabáquico de la madre parece ser un importante factor de riesgo para elevar la incidencia de patología respiratoria infantil, frente al hábito paterno. “Cuando la madre o ambos progenitores son fumadores, se incrementa el riesgo de sibilancias en los dos primeros años de vida, pero esto no ocurre en los casos en los que es el padre el fumador, probablemente a causa del efecto acumulativo de su exposición durante la gestación y/o de la íntima cercanía de la madre durante la primera etapa de la vida”, exponen los autores del trabajo, fundamentándose en la literatura médica.

Por todo ello, es importante concienciar y diseñar programas para dar a conocer las consecuencias del tabaco activo y pasivo, mejorar la motivación y autosuficiencia de los fumadores, así como fomentar una actitud positiva hacia la prevención por parte de los profesionales sanitarios.

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