Las personas que padecen apnea del sueño en su día a día se ven afectados por distintas complicaciones consecuentes del mal descanso que provoca este trastorno. La fatiga excesiva, por ejemplo, suele ser habitual en su vida diaria, lo que a su vez repercute en las propias relaciones sociales de los pacientes.
Los expertos aseguran incluso, en la web informativa sobre apnea del sueño de Air Liquide Healthcare, que estos problemas afectan también a las relaciones de pareja en la que uno de sus miembros padece apnea del sueño. En muchos casos, de hecho, es la pareja del paciente la que da la voz de alarma ante los ronquidos o la apnea durante la noche.
La somnolencia también es un riesgo grave que podría provocar accidentes de tráfico
La pareja se da cuenta del ronquido, de las respiraciones entrecortadas del paciente y, por tanto, su sueño también se ve alterado. Normalmente estas personas permanecen despiertas porque les preocupan las pausas en la respiración del paciente u otra respiración anormal. La falta de sueño crea tensión en la relación y tiene un impacto significativo en la calidad de vida en general.
A pesar de ello, las consecuencias de la apnea del sueño afectarán principalmente al paciente. Los especialistas advierten que “tras una noche sin descanso este puede sentirse cansado por la mañana y, a medida que avanza el día, tendrá que luchar por permanecer despierto, sobre todo por la tarde. La somnolencia diurna es la queja más habitual”. Puede provocar falta de concentración, reflejos lentos, accidentes domésticos y deterioro cognitivo.
La somnolencia también es un riesgo grave que podría provocar accidentes de tráfico. Las personas con apnea del sueño tienen una probabilidad al menos cuatro veces mayor de tener un accidente con un vehículo a motor que otros conductores. La falta de sueño que acompaña a este síndrome acarrea fatiga y falta de atención, lo que puede provocar que un conductor se duerma al volante. Para aquellas personas cuyo trabajo implica el manejo de máquinas o medios de transporte, el riesgo de sufrir accidentes de tráfico provocados por conducir con somnolencia es extremadamente alto.