Los especialistas abogan por la flexibilidad e individualización en el tratamiento de la EII

En el marco de la reunión anual del Grupo Español de Trabajo con Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa

Síntomas comunes de la enfermedad inflamatoria intestinal
Síntomas comunes de la enfermedad inflamatoria intestinal

Con motivo de la XXIX Reunión Nacional del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU), que se celebra durante hoy y mañana, tendrá lugar la convención “Juntos transformando el presente y futuro de la EII”, en la cual los avances y retos actuales y futuros en el manejo de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) serán los temas a debatir.

La EII es un conjunto de enfermedades inflamatorias crónicas que afectan al tubo digestivo, entre las que se encuentran la enfermedad del Crohn y la colitis ulcerosa. En la actualidad, aproximadamente 130.000 personas padecen esta enfermedad en España y cada año son diagnosticados 2.000 nuevos casos.

López San Roma: "Más recientemente, vamos a ver el aterrizaje de las que llamamos pequeñas moléculas, un paso más en este ámbito tan interesante"

El manejo de los fármacos biológicos anti-TNF ha mejorado en la última década, lo cual ha supuesto un nuevo enfoque en el tratamiento de las personas con EII. En este sentido, el Dr. Antonio López San Román, jefe de sección de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, resaltó que “aunque ya hace más de diez años que los usamos, es en esta última década en la que nos encontramos realmente cómodos con ellos, entendiendo el papel que juegan en este escenario”.  Además, señaló que recientemente habrá un paso más allá en este ámbito tan interesante,  “las que llamamos pequeñas moléculas”, que anunciarán cosas tan importantes como la vuelta a la vía oral de administración.

En cuanto a la importancia de la monitorización del paciente, el doctor San Román afirma que “cada vez que el médico decide acerca de un tratamiento nuevo, debe emprender junto con el paciente un camino en el que buscar la eficacia y evitar los efectos adversos. Esto solamente es posible mediante la monitorización continua. Cada paciente y cada situación exigen una vigilancia diferente. Es importante que se huya de las afirmaciones globales y se comprenda que individualizar el tratamiento es también individualizar los objetivos”.

Los fármacos biológicos han supuesto una revolución en el manejo de la EII permitiendo un cambio en los objetivos terapeúticos

Por su parte, para la doctora Elena Ricart, médico adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Clinic de Barcelona, los fármacos biológicos han supuesto una revolución en el manejo de la EII, lo cual ha permitido un cambio de paradigma en los objetivos terapéuticos, “no buscamos la desaparición de los síntomas si no un control profundo del proceso inflamatorio para evitar el daño intestinal progresivo e irreversible que deriva, en último término, en la mejora de la calidad de vida de los pacientes”, concluyó.

En este sentido, añade la doctora Ricart, “Humira es un fármaco eficaz, rápido y con un buen perfil de seguridad. Su administración subcutánea aporta autonomía al paciente y esto tiene una especial relevancia si tenemos en cuenta que una gran proporción de pacientes son jóvenes, disminuyendo el impacto personal, familiar y laboral de la enfermedad en sus vidas. Además, la inyección indolora de Humira, aumenta notablemente la adherencia al tratamiento lo que conlleva unos mejores resultados terapéuticos”.

TRATAMIENTOS INMUNOSUPRESORES

En cuanto al uso de tratamientos inmunosupresores, es decir, a través de la administración de fármacos vía oral o intravenosa, los expertos coinciden en que representan un reto en el manejo de la enfermedad. Según el doctor Ignacio Marín-Jiménez, médico adjunto de la Sección de Gastroenterología del Hospital Gregorio Marañón, “el uso combinado de fármacos inmunosupresores y biológicos, asocia potencial beneficio en ciertos pacientes, pero también un mayor riesgo de toxicidad (infecciones y neoplasias), además de los efectos secundarios propios del tratamiento inmunosupresor”. Además, señaló “la flexibilidad” como clave a la hora de elegir un tratamiento. “Los pacientes deben tener un margen de elección que les permita seleccionar la alternativa para su tipo de vida o deseos personales”, concluyó.

En esta misma línea, el doctor Jose Maria Paredes, médico adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia señaló que “en base a la situación clínica del paciente y a sus deseos puedes decidir inicialmente un determinado esquema que con el tiempo puede cambiar. El futuro debe pasar por conocer qué tratamiento será efectivo en cada paciente antes de iniciarlo”.

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