Debido a las sustancias químicas con las que suelen tener contacto, el colectivo tiene una esperanza de vida ocho años menor que la del resto de la población
Así lo explica a Consalud.es Carlos Sánchez, delegadode prevención de la Sección Sindical de CC.OO Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, que expone una situación concreta para ejemplificarlo: "En 2001, durante los atentados del 11 de septiembre, murieron 343 bomberos en las Torres Gemelas, pero posteriormente hasta el año 2012, un total de 2.500 rescatistas de la zona cero habían contraído cáncer".Durante su trabajo, los bomberos se exponen a compuestos químicos fruto de la combustión. Elementos que, en casos como el benceno, el benzopireno o, el butadieno 1-3, son considerados como cancerígenos. Por ello, un informe de 2005 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluía a los bomberos en el grupo de riesgo 2B de contraer cáncer.
La predisposición de este colectivo a sufrir distintos tipos de cánceres se constató, principalmente, a raíz de un estudio realizado durante 45 años en 16.000 bomberos de cinco países escandinavos, que concluyó que los bomberos tenían un 16% más de riesgo de sufrir esta patología, y que, mientras la esperanza de vida de la población general es de 79,5 años, la de los bomberos es de 71,77 años.
Las sustancias contaminantes llegan incluso a traspasar los trajes y equipos de protección, absorbiéndose por la piel, por lo que los riesgos se expanden aunque los bomberos dejen de acudir a intervenciones. "Las sustancias penetran incluso en las pantorrillas por encima de la línea de las botas, a pesar del amplio solape entre los pantalones y las botas", señala Carlos Sánchez.
NECESIDAD DE PREVENCIÓN
El lavado con agua de los equipos de fuego apenas eliminan un 57% de las sustancias contaminantes
Pese a los altos riesgos demostrados, Sánchez asegura que en España aún no hay datos sobre los mismos en bomberos españoles y que en los documentos de evaluación de riesgos laborales, el cáncer no está considerada una enfermedad profesional. Por ello, indica, es imprescindible que se empiece a reconocer esta predisposición a sufrir cáncer por parte de las administraciones, "puesto que son las que están en la obligación de velar por la salud y seguridad de los trabajadores. Además, una parte de ello no conlleva coste económico, puesto que el primer paso es la concienciación del riesgo". Entre otras medidas preventivas, el portavoz reclama la correcta "descontaminación" de los equipos porque, como se ha demostrado, el lavado con agua a 60 grados, que es el más extendido, apenas consigue la eliminación de un 57% de las sustancias cancerígenas.Para Sánchez, el sistema sueco, basado en la colaboración entre los profesionales a la hora de realizar rutinas de prevención de los riesgos, debería ser el modelo a seguir en España.
Para ello, insiste, la administración ha de implicarse para evitar situaciones similares a las de otros colectivos. "En 2011 una viuda de un bombero del Ayuntamiento de Madrid recibió una indemnización por un cáncer causado por el amianto. Esperemos que no se tenga que recurrir a estas indemnizaciones y se pueda con mucho menos dinero y sufrimiento abordar la prevención y el diagnóstico precoz de surgir cualquier caso en el colectivo", concluye.
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