Este jueves, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha anunciado que su cartera regulará la publicidad destinada a niños y adolescentes sobre alimentos no saludables como bollería, galletas, chuches, refrescos, barritas energéticas, helados o zumos. Una medida que responde al aumento cada vez mayor de la obesidad infantil y juvenil, que supone un problema tanto para la salud de los niños como la de los adolescentes y los futuros adultos.
“Un adolescente con obesidad y sobrepeso ha sido un niño pequeño con obesidad”, señala para Consalud.es la Dra. Rosaura Leis, coordinadora de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago y coordinadora del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Según el estudio Aladino, realizado en 2019 y en el que Consumo se ha basado para tomar su decisión, “la prevalencia de sobrepeso es del 23,3% y la prevalencia de obesidad del 17,3% en la población infantil española de 6 a 9 años” y dentro de la obesidad, “un 4,2% de los escolares estudiados presentan obesidad severa”. A su vez, el mismo informe señala que el 76,2% de los escolares ha de mejorar su alimentación.
Ante ello, el Ministerio de Consumo ha tomado una primera decisión que es regular la publicidad de los productos no saludables destinada a los niños. “Evidentemente la publicidad de determinados alimentos influye en la decisión alimentaria. Diversos estudios ponen en evidencia como el ver un programa televisivo con publicidad de alimentos y verlos sin publicidad de alimentos repercute. En el caso de verlos con publicidad, el consumo alimentario es mayor y sobre todo es mayor el de aquellos alimentos que se publicitan durante el programa, no solamente cuando lo estamos viendo, sino en el resto del día”, explica la Dra. Leis.
"Sabemos que los estilos de vida y alimentarios saludables se deben promocionar en los primeros años de vida. Hay estudios que evidencian que un porcentaje muy importante de adolescentes con obesidad ya eran niños pequeños con obesidad y aquellos adolescentes con peso normal fueron de pequeñitos con peso normal”
Y afecta indistintamente a todas las edades, aunque con diferentes características. “Lo que sí sabemos es que los estilos de vida y alimentarios saludables se deben promocionar en los primeros años de vida. Hay estudios que evidencian que un porcentaje muy importante de adolescente con obesidad ya eran niños pequeños con obesidad y aquellos adolescentes con peso normal fueron de pequeñitos con peso normal”.
Sin embargo, la medida “no debería limitarse a restringir solo a regular la publicidad y en un determinado horario, sino que sería necesario llevar a cabo una política de salud pública integral e intersectorial de promoción de una alimentación saludable”, señala la presidenta del Colegio de dietistas-nutricionistas de Cataluña (CODINUCAT), Nancy Babio. Y en eso coincide la Dra. Leis: “Hay muchos otros patrones que están condicionando los alimentarios. En el cuidado y protección del niño tienen un papel fundamental las tres 'P': los padres, los profesores y el pediatra”.
La familia es capaz de contrarrestar los efectos de la publicidad si siguen estilos saludables de vida, y la escuela y los pediatras de educar en los estilos de vida y tratar lo que supone una enfermedad como la obesidad o el sobrepeso para la salud. Esto es: mayor riesgo de diabetes, hipertensión, altos niveles de grasa en sangre, problemas de articulaciones, apnea del sueño e incluso se relaciona con algunos tipos de cáncer.
También se debería evitar la presencia de productos no saludables en los colegios. “Habría que limitar la inclusión de esos productos no saludables en las máquinas expendedoras situados en los colegios y extender la medida a los pliegos de condiciones de la restauración colectiva para habituar a los menores a evitar este tipo de productos, con una estrategia pedagógica similar a la que se emplea para promover la necesidad de caminar, nadar o lavarse los dientes”, añade Nancy Babio.
“ES EL MOMENTO PARA LA ACCIÓN”
“Creo que controlar la publicidad es un granito más”, destaca la Dra. Leis. Un paso que ayudará a evitar que los niños se vean influenciados para no llevar un estilo de vida saludable pero que precisa de más, pero al que hay que añadir más cosas. “Si además las familias comparten el tiempo de televisión y de pantallas con sus hijos y de alguna manera les ayuda a entender y a interpretar aquello que están viendo, si comparten una mesa saludable, si recuperamos nuestras dietas tradicionales, la mediterránea y la atlántica que son saludables y bioactivas y la trasmitimos a nuestros hijos, si además practicamos ejercicio físico, si el menú del colegio escolar les enseña a nuestros hijos hábitos saludables, se les enseña a leer un buen etiquetado y como hacer un buen menú…” se conseguirá aumentar la adherencia a unos hábitos saludables.
“Ha llegado el momento para la acción y es necesario llegar a un consenso por la salud”. De esta forma, apostando por los factores citados se actúa sobre la salud y permite mejorar tanto la salud del niño y de los adolescentes como la salud de cuando sean ancianos. Y es algo que se debe tener en cuenta desde el momento del embarazo. “Como pediatra, además, tengo que destacar la nutrición de la mujer gestante, lactancia un mínimo de seis meses de forma exclusiva, que se incluya poco a poco los alimentos y que se le incluya en la mesa en familia, con una dieta saludable. Y sobre todo, que aumente su ejercicio físico y disminuya el tiempo en pantalla”, concluye la Dra. Leis