Hace seis meses, el 25 de junio, entró en vigor en España la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE). Una norma que convertía a nuestro país en el sexto del mundo en regular la eutanasia como nuevo derecho. Esta controvertida ley, con la que no todos están de acuerdo, ha cumplido ya medio año con diferencias en cada región. Mientras que hay consejerías de salud que han informado de más de una decena de personas que han recibido ayuda para poner fin a su padecimiento, otras recibían en noviembre su primera solicitud.
La ley permite que aquellas personas que tienen un padecimiento grave, crónico e imposibilitante o una enfermedad grave e incurable puedan poner fin a su vida si así lo desean bajo supervisión médica, cuya participación en la prestación de ayuda para morir es despenalizada por primera vez en la historia. Un derecho que cada vez más personas reclamaban y que cuenta con un apoyo social del 72,4% de la población española, según el barómetro de enero del CIS.
Seis meses después de la entrada en vigor hay constancia de unas 40-50 eutanasias practicadas, según calculan desde Derecho a Morir Dignamente (DMD) e informan a Consalud.es. Los datos no son oficiales porque no todas las Comunidades Autónomas han hecho todavía públicas las cifras de peticiones, rechazos y prácticas que se han dado en sus regiones.
De momento solo País Vasco, Cataluña o Madrid han informado de las solicitudes y prácticas realizadas
Los datos que este medio ha recabado de las Comunidad Autónoma apoyan el cálculo de unas 50 prácticas de ayuda a morir en nuestro país. Según la Osakidetza, a 10 de diciembre el País Vasco había realizado 13 eutanasias y recibido 34 solicitudes. De estas solicitudes, ocho han fallecido antes de poder realizar la eutanasia, una ha sido denegada y el resto están en distintos momentos de su proceso.
Cataluña, a datos de 30 de noviembre, ha prestado ayuda a morir a 24 personas, y ha recibido un total de 53 solicitudes, de las que 28 han sido aprobadas, tres denegadas, cuatro estaban entonces pendientes de realizar, 14 en curso y seis de los que lo habían solicitado han muerto antes. En Madrid, a fecha de 9 de diciembre había practicado tres eutanasias en domicilio, tenía dos casos pendientes y desde la implantación de la ley había recibido 10 expedientes en total. De las solicitudes recibidas, ocho ya se encontraban a principios de este mes finalizados, según expresó el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, durante una sesión de Control.
Otras Consejerías de Salud han recibido sus primeras solicitudes en noviembre. Es el caso de Extremadura, que recibió la primera petición pero no pudo terminar el proceso debido a que el paciente falleció antes, o de Castilla-La Mancha. Y también durante ese mes se produjeron los primeros casos del derecho a la eutanasia en regiones como Navarra.
30-40 DÍAS DE PROCESO
El tiempo que dura el proceso de eutanasia ha provocado que en algunos casos los solicitantes fallezcan antes de recibir la eutanasia. “Es algo relativamente común en otros países como Bélgica y Países Bajos”, señalan desde DMD. El proceso de verificación de las peticiones que se establecen en las leyes hace que sea difícil que un caso se tramite en menos de 30 o 40 años, “eso, sumado a que la mayoría de peticiones son de personas con cáncer terminal, hace que muchas fallezcan antes de que se complete el proceso”, explica la asociación.
El proceso de verificación de las peticiones que se establecen en las leyes hace que sea difícil que un caso se tramite en menos de 30 o 40 años
En España pasaría lo mismo que en estos países europeos. Aunque no se conocen cifras todavía, desde Derecho a Morir Dignamente consideran que “será aún más habitual porque los procedimientos de la LORE son incluso más complejos que los de Benelux”. Una de las principales diferencias es que la Comisión de Garantía y Evaluación en España tiene que dar su consentimiento antes de proceder a la práctica, mientras que en Bélgica y Países Bajos este organismo solo revisa las eutanasias a posteriori.
DOS CASOS DE SUICIDIO
En algunos casos los bloqueos de los médicos de los pacientes llevan a situaciones desesperantes y límites para estas personas. Tras años de sufrimiento sin esperanza, muchas personas vieron en la Ley de Eutanasia una oportunidad para poner fin a ello. Sin embargo, en por lo menos dos casos que se han dado en este medio año la falta de respuesta de los médicos o de las administraciones sanitarias les han llevado a suicidarse sin recibir respuesta a su solicitud.
Fue el caso de una mujer de 83 años con una enfermedad crónica que tras cuatro meses de espera para obtener una respuesta a su solicitud de eutanasia por parte de su doctora de Atención Primaria ha puesto fin a su propia vida. Cuando el médico se niega a aceptar la solicitud tiene que ser sustituido por otro médico para dar entrada al proceso, aunque luego otras instituciones como la Comisión de Garantía y Evaluación paralicen o denieguen la petición. Sin embargo, existen todavía trabas que provocan casos como este y que necesitan "ser corregidos" para asegurar la entrada en el proceso, denuncia la organización.