Un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad de Cambridge ha desarrollado el que, hasta la fecha, se posiciona como el estudio global más grande centrado en el manejo quirúrgico de las lesiones cerebrales traumáticas. Financiado por el National Institute for Health and Care Research (NIHR) y cuyos resultados han sido publicados por The Lancet, la principal conclusión que extraemos es que existen importantes desigualdades regionales tanto en las causas como en el tratamiento de este tipo de lesiones.
El estudio se centra en los tipos de casos, la forma en la que se manejan y las tasas de mortalidad. Para ello se han analizado los datos de 159 hospitales en 57 países. Los investigadores han estratificado a los países en cuatro niveles (muy alto, alto, medio y bajo) según su Índice de Desarrollo Humano (IDH), que tiene en cuenta factores como la esperanza de vida, la educación y los ingresos.
De esta forma el estudio revela que los pacientes pertenecientes a países calificados con un IDH bajo, a menudo eran jóvenes y tendían a sufrir fracturas de cráneo debido a una agresión, pero fueron clasificadas como lesiones cerebrales traumáticas “leves”.
En los países calificados con niveles de IDA medio y alto los pacientes también eran jóvenes, pero la mayoría tenía una lesión cerebral traumática de moderada a grave por accidente de cochey hematoma extradural, una hemorragia en el exterior de la membrana que recubre el cerebro.
"Los resultados muestran que la mortalidad general es baja, lo que refleja la naturaleza de salvar vidas de la cirugía para lesiones cerebrales traumáticas. Muchos de estos pacientes habrían muerto sin una operación"
En el nivel más elevado de IDH los pacientes tendían a ser mayores y presentaban una lesión cerebral traumática moderada a grave asociada a una caída y un hematoma subdural agudo, una hemorragia en la superficie interna de la membrana que recubre el cerebro.
Si hablamos de la calidad de la atención esta fue, por norma general, menos favorable en los países con un IDH más bajo. Entre los principales problemas destacan los retrasos en las cirugías, la falta de equipos que posibiliten la monitorización en el posoperatorio y cuidados intensivos. El nivel más alto de IDH tuvo la proporción más alta de operaciones en las que el cirujano de mayor antigüedad presente en el quirófano era un neurocirujano completamente cualificado, mientras que el nivel de IDH medio tuvo la proporción más baja. El estudio también encontró variaciones significativas entre hospitales en el resultado de los pacientes.
“Los resultados muestran que la mortalidad general es baja, lo que refleja la naturaleza de salvar vidas de la cirugía para lesiones cerebrales traumáticas. Muchos de estos pacientes habrían muerto sin una operación. Sin embargo, también debemos abordar los déficits en la gestión prehospitalaria y la rehabilitación a largo plazo”, expone Angelos Kolias, neurocirujano consultor en la Universidad de Cambridge y director asociado del NIHR Global Neurotrauma Research Group.
"Un hallazgo particularmente importante es que el resultado está más influenciado por las características del hospital que por el país de origen, lo que plantea la posibilidad de que cambiar los sistemas y procesos de atención en hospitales individuales podría ser capaz de mejorar la mortalidad. El documento siembra las semillas para la discusión y el cambio”, indica por su parte David Clark, neurocirujano en formación e investigador de la Universidad de Cambridge.
“La base de datos y el proceso de gestión de datos utilizados en el estudio ahora han sentado las bases para un registro global de lesiones cerebrales traumáticas que hemos establecido para respaldar la mejora continua de la calidad y la investigación en el campo de las lesiones cerebrales traumáticas”, concluye Alexis Joannides, neurocirujano de la Universidad de Cambridge.