La relación médico-paciente ¿patrimonio de la humanidad?

El Ayuntamiento de Zamora ha sido el último en sumarse al proyecto que busca que la relación médico-paciente sea considerara patrimonio inmaterial de la humanidad

Médico y paciente en la consulta de un centro de salud (Foto. Freepik)
2 octubre 2019 | 00:00 h
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Desde hace dos años existe una iniciativa que busca conseguir que la relación médico-paciente sea considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por parte de la Unesco. Un proyecto que cada vez parece tener más adeptos.

El último en sumarse a la idea, promovida por el Foro de la Profesión Médica de España (FPME) y la Organización Médica Colegial de España, ha sido el Ayuntamiento de Zamora. El consistorio presentará en la próxima sesión plenaria una moción para adherirse y apoyar esa petición.

La iniciativa se ha justificado porque una relación médico-paciente de calidad aporta “un componente humano fundamental” a la atención sanitaria y proporciona acompañamiento en la situación de incertidumbre y sufrimiento que supone la enfermedad y su tratamiento.

Una relación médico-paciente de calidad aporta “un componente humano fundamental”

Son muchos los beneficios que aporta esta relación a la calidad de vida de los pacientes. El primero de ellos es que mejora el bienestar y la salud de las personas y las poblaciones y evita el sufrimiento. El hecho de que los pacientes se sientan cómodos para compartir sus problemas y de que los médicos escuchen atentamente, produce una orientación diagnóstica precisa y satisfactoria, así como una reducción de las pruebas complementarias e intervenciones innecesarias.

Cuando el paciente se siente implicado o autónomo en la toma de decisiones, y las circunstancias en las que vive son tenidas en cuenta, se produce una mayor adherencia al tratamiento. En definitiva, desde esta óptica, la relación médico-paciente aporta una mejora del bienestar de individuos y poblaciones, una reducción de las desigualdades en salud y una disminución de los recursos humanos y materiales invertidos en el proceso asistencial.

Para conseguir el reconocimiento de la Unesco es necesario que las autoridades sanitarias y culturales se impliquen en su protección y promoción. Eso es lo que buscaban el FPME y las tres principales organizaciones de pacientes a mediados de junio cuando presentaron en el Ministerio de Cultura y Deporte la instancia de solicitud para que la relación médico-paciente sea reconocida como "manifestación representativa" del Patrimonio Cultural Inmaterial de España.

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