Redacción | Madrid
Entre el 15 y 17% de los españoles son mayores de 65 años y este porcentaje aumentará de forma considerable en los próximos años. Se calcula que para 2050 España podría duplicar esa cifra y ser uno de los tres países del mundo con una proporción mayor de pacientes de edad avanzada, alrededor del 30%. Aunque la edad no es un factor predictivo de la adherencia a los tratamientos, las peculiaridades que caracterizan la utilización de medicamentos en el anciano sí lo son.
“Los datos disponibles sugieren que el aumento de médicos prescriptores, la polimedicación, en el que uno de cada tres toma dos o más medicamentos, la complejidad de la pauta posológica, la depresión y el deterioro cognitivo son los principales determinantes de la no adherencia al tratamiento en la población de edad avanzada”. Así lo ha explicado el Prof. José Manuel Ribera Casado, Académico de Número, en su intervención en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) sobre “La adherencia terapéutica: un problema en el paciente mayor”.
El proceso de envejecimiento hace que los medicamentos se comporten en los ancianos de manera diferente que en la población más joven. Por ese motivo es preciso mantener ciertas precauciones especiales para que los tratamientos farmacológicos sean seguros y eficaces. Según explica este experto, “el paciente mayor puede padecer diversas enfermedades agudas y crónicas a la vez, y a menudo un mismo enfermo toma más de un medicamento. Cuando esto sucede, el riesgo de que se produzcan interacciones o reacciones adversas a los medicamentos aumenta. El cumplimiento terapéutico en estos pacientes se hace mucho más difícil, por lo que, se debe ser cuidadoso para prevenir situaciones indeseables y establecer una serie de normas que faciliten la administración, seguimiento y cumplimiento de los tratamientos”.
Los acontecimientos adversos producidos como consecuencia de las interacciones deben ser evitados adoptando algunas medidas preventivas, e incluso optando por recurrir a otras alternativas terapéuticas con la misma indicación. En este sentido, “es preciso valorar si el riesgo potencial de la interacción supera los posibles beneficios clínicos de la asociación del uso de dos o más medicamentos”, aclara el Prof. Ribera Casado.
Incumplimiento terapéutico
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de los pacientes crónicos incumple el tratamiento. En este sentido, según explica el Prof. Ribera Casado, “cuanto más grave es la patología y más tiempo ha dedicado el médico a explicar el tratamiento, mejor es el cumplimiento de la medicación. Es el caso del cáncer, donde en las fases iniciales se cumple muy bien el tratamiento prescrito. Sin embargo, en las patologías crónicas el descuido es mayor, tal y como ocurre en los pacientes con diabetes, osteoporosis o hipertensión”.
Así como el incumplimiento terapéutico es un hecho bien conocido, especialmente en las enfermedades crónicas, sin embargo las consecuencias clínicas y socioeconómicas de esto no suelen ser debidamente valoradas. Aunque es un problema presente en todos los grupos de edad, es en los pacientes ancianos donde se dan algunas circunstancias que agravan sus consecuencias. Entre ellas, el Prof. Casado señala “el incumplimiento no intencionado debido a olvidos y confusiones en los regímenes de dosificación; el incumplimiento intencionado debido a una mayor frecuencia de efectos adversos; y por último, el efecto de las dificultades económicas de los propios afectados”.
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La polimedicación dificulta el cumplimiento en el paciente anciano
Además de la complejidad del tratamiento y el deterioro cognitivo
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