La planificación familiar en EM recurrente, aspecto crítico en la personalización del tratamiento

Gracias a los tratamientos modificadores de la enfermedad, el pronóstico de los pacientes con EM es mejor y se plantean nuevos retos enfocados a la normalización de sus vidas

La consideración de la planificación familiar en pacientes con esclerosis múltiple recurrente, aspecto crítico para personalizar el tratamiento
18 febrero 2019 | 13:11 h

Los últimos 20 años han sido decisivos en cuanto a la evolución de las opciones de tratamiento frente a la esclerosis múltiple (EM), mejorando el pronóstico de los pacientes y planteando nuevos retos enfocados a la normalización de sus vidas que amplían el foco de actuación de los neurólogos. Ésta ha sido la principal conclusión del Foro EMotion, un encuentro organizado por la compañía de ciencia y tecnología Merck que ha reunido en Madrid a especialistas en el manejo de esta enfermedad de todo el país.

La Dr. Isabel Sánchez Magro, directora del departamento Médico de Merck, ha asegurado que “gracias a los avances terapéuticos, las necesidades de las personas que conviven con la esclerosis múltiple no son las mismas hoy que hace dos décadas y no podemos vivir ajenos a esta realidad. Además, esta patología es muy compleja y es conocida como ‘la enfermedad de las mil caras’ por la variabilidad de sus manifestaciones, algo que nos debe llevar a priorizar la atención personalizada y adaptada a cada realidad y estilo de vida”.

El impacto de la EM se extiende más allá de la sintomatología física o cognitiva e invade también la parcela emocional, familiar y social de quien la padece, afectando a su calidad de vida. En este sentido, el trabajo del especialista abarca ahora otros territorios que es necesario trabajar para procurar al paciente un bienestar integral.

La EM se diagnostica entre los 20 y 40 años de edad, principalmente a mujeres

“La EM se diagnostica entre los 20 y 40 años de edad, principalmente a mujeres. Se trata de una enfermedad crónica que aparece en un momento decisivo de la vida de los pacientes, en el que se están tomando decisiones de carácter personal y profesional importantes”, explica la Dr. Mar Mendibe Bilbao, neuróloga del Hospital Universitario de Cruces (Vizcaya) y profesora de la Universidad del País Vasco.

Así, el 60% de las mujeres con EM en España ha experimentado cambios en su trabajo (al tener que reducir el número de horas o abandonándolo definitivamente), más del 40% se divorció o separó de su pareja y alrededor de un tercio decidió no tener hijos o vio condicionado el momento para hacerlo por la EM.

La planificación familiar por parte del paciente con esclerosis múltiple recurrente o en brotes (EMR) en edad fértil es precisamente una de las cuestiones que está cobrando mayor peso en la consulta, debido a aspectos como el perfil de toxicidad asociado a algunos fármacos contraindicados en esta etapa. Si bien durante el embarazo se reducen los brotes en la mayoría de los casos de una manera natural sin la administración de fármacos, en los tres meses posteriores al parto hay un repunte del riesgo, una situación que afecta a aproximadamente el 25% de las pacientes según la Dra. Mendibe.

Frente a esta realidad, la especialista sostiene que “pacientes que antes ni se planteaban tener hijos ahora tienen bastantes alternativas para permanecer en tratamiento con fármacos seguros que permiten planificar el embarazo de una manera segura”. En este sentido, la pauta posológica de Mavenclad® (cladribina comprimidos), una de las últimas terapias para tratar la EM, permite planificar el embarazo 6 meses después de un máximo de 20 días de tratamiento oral.

RETOS ACTUALES DE LA MEDICINA PERSONALIZADA EN EM

La posibilidad de planificación familiar por parte de la paciente con EM en edad fértil es una de las evidencias de cómo la Medicina Personalizada está irrumpiendo en el manejo de la EM, tal y como apunta el Dr. José Meca Lallana, director de la Unidad de Referencia (CSUR) de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia).

El especialista señala que la tasa de brotes, el grado de discapacidad y la actividad radiológica son los principales aspectos clínicos de la enfermedad que se han estado considerando desde hace años y que hoy conviven con otras variables como la repercusión del tratamiento en la calidad de vida, la evaluación apriorística de la posible adherencia, el deseo de gestación, las cuestiones relacionadas con el medio laboral y el apoyo por parte de la familia, entre otras.

La tasa de brotes, el grado de discapacidad y la actividad radiológica son los principales aspectos clínicos que se ha estado considerando

“La inclusión de todas estas variables en el manejo ha permitido que la aproximación terapéutica al paciente sea mucho más certera y ajustada a sus necesidades y ha complicado de forma extraordinaria la toma de decisiones”, explica el doctor Meca, quien asegura que “cuando disponer de más opciones en el plano terapéutico complica la toma de decisiones del clínico, mejoran las perspectivas de la enfermedad para el paciente”.

Respecto al uso de biomarcadores, el neurólogo señala que “aunque hace más de 20 años que se estudian, son muy pocos los que se pueden aplicar en la práctica clínica actualmente y el más importante sigue siendo la resonancia magnética. Es posible que en los próximos años podamos utilizar biomarcadores en suero, pero se necesitará experiencia y accesibilidad”.

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