Redacción | Madrid
El paciente que supera un cáncer de colon es más propenso a padecer dolor de espalda y abdominal respecto a las personas sanas de su mismo sexo y edad, según ha constatado una investigación llevada a cabo por un equipo de especialistas de la Universidad de Granada (UGR).
De esta manera lo evidencia este trabajo, que concreta afirmando que estos pacientes oncológicos son más susceptibles a tener estas lesiones, así como dolor en la región baja del abdomen. Así se expresa en dos artículos publicados en las revistas especializadas Pain Medicine y European Journal of Cancer Care.
En ellos, los expertos del Departamento de Fisioterapia de este centro académico nazarí exponen que estas personas "presentan una serie de alteraciones en la arquitectura de la pared abdominal". Ésta, precisamente, "es la que se somete a cirugía durante el tratamiento oncológico", indican.
Además, los pacientes "sufren determinadas alteraciones en el procesamiento del dolor crónico", las cuales pueden hacer "que sean más sensibles frente a cualquier tipo de dolor en el futuro", explican los expertos, que para evidenciarlo, han analizado cuál es el estado físico y psicológico de los pacientes con cáncer de colon tras el tratamiento.
ES LA TERCERA LOCALIZACIÓN DE CÁNCER MÁS INCIDENTE
A juicio del profesor Manuel Arroyo, que es miembro de la UGR y autor principal de este trabajo, el cual ha sido financiado por el CEI BioTic, y ha sido llevado a cabo en colaboración con investigadores del Servicio de Cirugía del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, el de colon "es la tercera localización de cáncer más incidente en el mundo".
No obstante, sostiene que, gracias a los avances del tratamiento, la posibilidad de sobrevivir a esta enfermedad "ha crecido de manera espectacular en los últimos años", y es que lo ha hecho "entre un 44% y un 65% en los últimos cinco años". De cualquier forma, éste "es extremadamente duro a nivel físico y muy traumático a nivel psicológico".
En este sentido se expresa Arroyo, que manifiesta que estas personas "presentan un deterioro importante de su capacidad funcional". Como ejemplo de ello, destaca las pérdidas en algunos parámetros como "la fuerza de la musculatura de la espalda o la capacidad cardiorespiratoria".
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
El paciente que supera un cáncer de colon es más propenso a padecer dolor de espalda y abdominal respecto a las personas sanas de su mismo sexo y edad, según ha constatado una investigación llevada a cabo por un equipo de especialistas de la Universidad de Granada (UGR).
De esta manera lo evidencia este trabajo, que concreta afirmando que estos pacientes oncológicos son más susceptibles a tener estas lesiones, así como dolor en la región baja del abdomen. Así se expresa en dos artículos publicados en las revistas especializadas Pain Medicine y European Journal of Cancer Care.
En ellos, los expertos del Departamento de Fisioterapia de este centro académico nazarí exponen que estas personas "presentan una serie de alteraciones en la arquitectura de la pared abdominal". Ésta, precisamente, "es la que se somete a cirugía durante el tratamiento oncológico", indican.
Además, los pacientes "sufren determinadas alteraciones en el procesamiento del dolor crónico", las cuales pueden hacer "que sean más sensibles frente a cualquier tipo de dolor en el futuro", explican los expertos, que para evidenciarlo, han analizado cuál es el estado físico y psicológico de los pacientes con cáncer de colon tras el tratamiento.
ES LA TERCERA LOCALIZACIÓN DE CÁNCER MÁS INCIDENTE
A juicio del profesor Manuel Arroyo, que es miembro de la UGR y autor principal de este trabajo, el cual ha sido financiado por el CEI BioTic, y ha sido llevado a cabo en colaboración con investigadores del Servicio de Cirugía del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, el de colon "es la tercera localización de cáncer más incidente en el mundo".
No obstante, sostiene que, gracias a los avances del tratamiento, la posibilidad de sobrevivir a esta enfermedad "ha crecido de manera espectacular en los últimos años", y es que lo ha hecho "entre un 44% y un 65% en los últimos cinco años". De cualquier forma, éste "es extremadamente duro a nivel físico y muy traumático a nivel psicológico".
En este sentido se expresa Arroyo, que manifiesta que estas personas "presentan un deterioro importante de su capacidad funcional". Como ejemplo de ello, destaca las pérdidas en algunos parámetros como "la fuerza de la musculatura de la espalda o la capacidad cardiorespiratoria".
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