La OMS presenta un Plan de Acción para luchar contra las resistencias del VIH

Es la primera vez que la OMS desarrolla directrices para luchar contra las resistencias del VIH a los fármacos, dado el incremento de este problema en países de renta media y baja. Si esta situación no cambia, se calcula que en el África Subsahariana podría causar 105.000 nuevas infecciones.

La OMS presenta un Plan de Acción para luchar contra las resistencias del VIH
23 julio 2017 | 14:00 h
A finales de 2016, se estima que había en el mundo 36,7 millones de personas infectadas por el VIH y que, de estas, 19,5 millones tenían acceso al tratamiento antirretroviral.Si se toman correctamente, los fármacos controlan la infección, pero si no el virus puede desarrollar resistencias a los medicamentos, que dejar de ser efectivos. Estas resistencias, además, pueden ser transmitidas, por lo que una persona que se infecta por primera vez puede hacerlo directamente con un virus resistente. La OMS ha constatado que hay países de ingresos bajos y medios en los que más del 10% de las nuevas infecciones son causadas por un virus resistente. Esta tasa es aún más elevada en personas que anteriormente han recibido fármacos antirretrovirales, como por ejemplo las embarazadas que los toman para prevenir la transmisión del VIH a sus hijos. Si la situación no cambia, se calcula que en el periodo 2016-2020, las resistencias del VIH podrían causar, solo en el África Subsahariana, 105.000 nuevas infecciones, 135.000 muertes por sida, y unos costes adicionales de 650 millones de dólares en fármacos.


En este plan han participado más de 800 personas, 350 organizaciones y 100 países
Ante esta realidad, la OMS inició hace un año y medio un proceso consultivo para elaborar un Plan de Acción Mundial sobre Resistencias del VIH a los Tratamientos. En este plan, que se presentará el domingo 23 de julio en París, han participado más de 800 personas, 350 organizaciones y 100 países. Es la primera vez que la organización aborda el problema de las resistencias del VIH dentro de un plan mundial, que tendrá una repercusión enorme porque establecerá la referencia mundial a partir de ahora a la hora de administrar los tratamientos a las personas infectadas.

En su informe Resistencias del VIH a los Medicamentos 2017, en el que se analiza la situación en 11 países de África, Asia y América Latina durante 2014-2016, la OMS ha constatado que en seis de ellos (Argentina, Guatemala, Namibia, Nicaragua, Uganda y Zimbabue) más del 10% de las nuevas infecciones son producidas por un virus resistente a los fármacos de primera línea más utilizados. Este factor podría hacer retroceder los avances logrados en los últimos años en el control de la pandemia. Para evitarlo, la institución recomienda en su plan que estos países cambien los fármacos que actualmente se prescriben como primera opción terapéutica, el efavirenz y la nevirapina, para administrar dolutegravir, perteneciente a la familia de antirretrovirales más nueva y una de las más utilizadas actualmente en los países con ingresos elevados. Esto ha sido posible gracias a reducciones del precio de este fármaco, que lo hacen asequible para los países de ingresos reducidos.

En el futuro también será imprescindible abaratar los test mediante los que se determina si una persona está infectada
“No se trata sólo de un cambio coste-efectivo, sino que salvará vidas. Si una persona se infecta con un virus resistente a efavirenz, este fármaco no le hará efecto. Esto no sólo será perjudicial para él, sino que además facilitará que desarrolle resistencias a otros fármacos que también debe tomar y transmita estos virus resistentes a otras personas que se verán en la misma situación”, explica Roger Paredes, uno de los investigadores que han desarrollado las líneas estratégicas del plan.

TEST DE RESISTENCIAS

En el futuro también será imprescindible abaratar los test mediante los que se determina si una persona está infectada por un virus resistente. “Se trata de una prueba cara hasta ahora, pero en este plan se favorecerá que se genere una carrera para desarrollar métodos más baratos y accesibles”, valora. “Aún así, el coste más alto es el de dar un fármaco no efectivo a un paciente, porque además del drama personal, tendrá repercusiones sociales derivadas del hecho de que no trabaje y no forme parte de la cadena productiva, suponga costes para el sistema de salud, deje hijos huérfanos…”.
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