La OMS propone una búsqueda más agresiva mediante nuevos insecticidas, la mejora de la detección domiciliaria o la modificación genética de los mosquitos
Con el objetivo de hacer frente a esta situación, que ofrece datos como que el 80% de la población mundial está expuesta a padecer enfermedades transmitidas por vectores o que cada año mueren 700.000 personas por este tipo de enfermedades, la OMS ha optado por plantear un nuevo enfoque estratégico dirigido a revisar las prioridades para centrarlas en un mayor control de los vectores.Así, en la reciente 70ª Asamblea Mundial, reunión en la que se eligió al Dr. Tedros Adhanom como director general electo, presentaron la Respuesta Global de Control de Vectores (GVCR) para el periodo 2017-2030. Se trata de un nuevo marco, en el que se plantean objetivos claros como reducir, hasta 2030, al menos un 75% las muertes y un 60% la incidencia de enfermedades de transmisión vectorial, en relación a la que existe en 2016.
INICIATIVAS GLOBALES Y LOCALES
Algunas de las medidas que la OMS prevé poner en marcha apuntan a la coordinación entre varios departamentos para incrementar el control. Por ejemplo, que los ministerios de Salud trabajen junto a los responsables urbanísticos para erradicar posibles espacios donde con más frecuencia se reproducen los mosquitos o aumentar la vigilancia y las herramientas de control para ofrecer respuestas tempranas a la población para responder al incremento de enfermedades o de vectores.
Para cumplir con los objetivos, la OMS prevé invertir 293 millones de euros anuales para mano de obra, estrategias de coordinación entre países y medidas de vigilancia
Pero la GVCR no solo propone estrategias globales sino también una reorientación de los programas nacionales para que se adapten a las necesidades locales, sosteniendo además que el control de vectores “es más simple que la simple pulverización de insecticidas o la entrega de redes”.Así, desde este organismo internacional instan a realizar una búsqueda más agresiva a través del desarrollo o creación de nuevos insecticidas, repelentes y trampas; de la mejora de la detección domiciliaria; de la búsqueda de una bacteria común para que los virus no se repliquen en los mosquitos; o la modificación de los genes de los mosquitos machos para que las crías mueran de forma temprana.
CAUSAS Y PRESUPUESTO
Para cumplir con los objetivos, la OMS prevé una inversión anual de 330 millones de dólares (unos 293 millones de euros) a nivel mundial para costear la mano de obra, las estrategias de coordinación entre países y las medidas de vigilancia. Desde esta institución creen que se “ahorrará dinero” ya que esta cantidad representa menos del 10% de lo que actualmente se destina en estrategias para controlar, por sí solos, los vectores que propagan la malaria, el dengue y la enfermedad de Chagas.
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