La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado este martes un estudio en el que se expone que la industria del aceite de palma está implementando tácticas similares a las del alcohol y el tabaco para influir en la investigación acerca de los efectos en la salud de sus productos.
Según informa la agencia Reuters, este estudio, bautizado como 'La industria del aceite de palma y las enfermedades no transmisibles', ha puesto sobre la mesa la necesidad de mayor investigación y una regulación más estricta de esta industria, instando a los científicos a que no se dejen influenciar por los lobbys.
"Necesitamos un mayor número de estudios independientes sobre el impacto en la salud del consumo de aceite de palma"
"La relación entre la industria del aceite de palma y las tácticas que emplean, se asemejan a las prácticas adoptadas por las industrias del tabaco y el alcohol. No obstante, la industria del aceite de palma esta sometida, comparativamente, a un menor control", han apuntado desde la organismo que dirige el doctor Tedros Adhanom.
Las plantaciones de palma aceitera, fundamentalmente en Malasia e Indonesia, cubren un área aproximada del tamaño de Nueva Zelanda. En este contexto, se espera que la demanda aumente a medida que los países vayan poniendo barreras administrativas a las grasas trans, que la institución dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) quiere prohibir, a nivel mundial, para 2023.
"Necesitamos un mayor número de estudios independientes sobre el impacto en la salud del consumo de aceite de palma", ha revelado el trabajo. De igual modo, la investigación ha señalado el efecto en la salud de la producción de aceite de palma en los países donde se cultiva, con la agricultura de talar y quemar, que genera la contaminación del aire y deriva en muertes prematuras, enfermedades respiratorias y patologías cardiovasculares.