La crisis de los opiáceos se agrava con el paso del tiempo. Así lo garantiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un reciente informe bajo el nombre ‘Abordar el uso problemático de opiáceos en los países de la OCDE’. Se trata de un documento en el que se alerta del aumento en el número de muertes por sobredosis de este tipo de droga.
En concreto, este informe en el que se recoge información de los 36 países más desarrollados, se alerta de que “las muertes por sobredosis continúan aumentando debido a un aumento en la prescripción y la prescripción excesiva de opiáceos para el manejo del dolor y el tráfico de drogas ilícitas”.
Estados Unidos, Canadá, Estonia o Suecia, los países de la OCDE que más muertes ha registrado por este tipo de drogas en los últimos años
Según ha informado la OCDE a ConSalud.es, en esta ocasión el documento no recoge información sobre las muertes relacionadas con los opiáceos que se han registrado en España. Sí que detallan, por su parte, con datos de otros 25 países de este organismo, informando así que entre 2011 y 2016 han aumentado en más del 20% este tipo de fallecimientos.
Por ejemplo, Estados Unidos ha pasado de 74.000 a 131.000 el número de muertes por millón de habitantes en relación con los opiáceos. También son numerosas las cifras de países como Canadá, que registra 85.000 fallecimientos por sobredosis de opiáceos, Estonia, con 81.000, o Suecia, donde han aumentado de 24.000 a 55.000 este tipo de muertes.
HOMBRES, EMBARAZADAS Y PRESOS
La OCDE destaca cómo tres de cada cuatro fallecimientos por opiáceos en Europa se dan en hombres. No obstante, también subrayan que en algunos países, como en Estados Unidos, está incrementando el uso de productos opiáceos entre las mujeres embarazadas o en personas con trastorno de su salud mental.
Este organismo exige a los profesionales sanitarios "mejorar sus prácticas de prescripción, por ejemplo, a través de guías clínicas basadas en la evidencia y una mayor vigilancia de las prescripciones"
De la misma manera, identifican que existe otro sector especialmente vulnerable: la población presa. De hecho, mientras la tasa de prevalencia de trastornos por uso de opiáceos en Europa fue inferior al 1% entre el público en general, entre las personas privadas de libertad fue de un 30%. Por otra parte, tanto este colectivo como los anteriores citados se muestran más afectados cuando cuentan con ingresos más bajos.
POSIBLES SOLUCIONES
Debido a esta situación, la OCDE ha puesto encima de la mesa posibles soluciones. Gabriela Ramos, jefa de personal de la OCDE, reclama que “los gobiernos deben tomar medidas decisivas para detener la trágica pérdida de vidas y abordar los terribles costes sociales, emocionales y económicos de la adicción con un mejor tratamiento y soluciones de políticas de salud”.
Por ejemplo, este organismo plantea a los países que regulen “las relaciones comerciales y financieras con los fabricantes de opiáceos”. Además, exigen a los profesionales sanitarios “mejorar sus prácticas de prescripción, por ejemplo, a través de guías clínicas basadas en la evidencia y una mayor vigilancia de las prescripciones”.