Redacción | Madrid
Las mutaciones genéticas, como la BRCA1, que aumentan el riesgo de contraer cáncer de mama no parecen empeorar la posibilidad de supervivencia tras su diagnóstico, sugiere un estudio canadiense, recogido por la agencia Reuters.
Para llegar a esta conclusión, Steven Narod, del Instituto de Investigación Universidad de las Mujeres en Toronto (Canadá) y su equipo evaluaron a más de 3.300 mujeres polacas menores de 50 años con cáncer de mama diagnosticado recientemente.
De esas mujeres, 233 padecían la mutación genética BRCA1. Tras su estudio, los investigadores encontraron que el 81% de las mujeres con esta mutación vivieron por lo menos 10 años tras el diagnóstico, en comparación con el 82% de las enfermas sin este tipo de mutación.
De hecho, eran las mujeres con ganglios linfáticos positivos las que tuvieron tres veces más de probabilidad de morir durante el mismo período que aquellas cuyo cáncer no se había extendido a esta zona del cuerpo.
Por otro lado, entre las mujeres que portaban las mutaciones BRCA1, aquellas que se sometieron a cirugía para extirpar sus ovarios contaban con un 70% menos de riesgo de morir durante el estudio que las que no pasaban por el quirófano. La mayoría de esas operaciones se realizaron a las mujeres se les diagnosticó cáncer de mama.
Las mujeres sin mutaciones BRCA1, por otro lado, no parecen beneficiarse de la extirpación de los ovarios, de acuerdo con los resultados publicados en Journal of Clinical Oncology.
En general, una de hasta 500 mujeres tiene una mutación BRCA1 o BRCA2. Según el Instituto Nacional del Cáncer, las probabilidades de contraer cáncer de mama aumentan hasta el 65% con este tipo de mutación.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
Las mutaciones genéticas, como la BRCA1, que aumentan el riesgo de contraer cáncer de mama no parecen empeorar la posibilidad de supervivencia tras su diagnóstico, sugiere un estudio canadiense, recogido por la agencia Reuters.
Para llegar a esta conclusión, Steven Narod, del Instituto de Investigación Universidad de las Mujeres en Toronto (Canadá) y su equipo evaluaron a más de 3.300 mujeres polacas menores de 50 años con cáncer de mama diagnosticado recientemente.
De esas mujeres, 233 padecían la mutación genética BRCA1. Tras su estudio, los investigadores encontraron que el 81% de las mujeres con esta mutación vivieron por lo menos 10 años tras el diagnóstico, en comparación con el 82% de las enfermas sin este tipo de mutación.
De hecho, eran las mujeres con ganglios linfáticos positivos las que tuvieron tres veces más de probabilidad de morir durante el mismo período que aquellas cuyo cáncer no se había extendido a esta zona del cuerpo.
Por otro lado, entre las mujeres que portaban las mutaciones BRCA1, aquellas que se sometieron a cirugía para extirpar sus ovarios contaban con un 70% menos de riesgo de morir durante el estudio que las que no pasaban por el quirófano. La mayoría de esas operaciones se realizaron a las mujeres se les diagnosticó cáncer de mama.
Las mujeres sin mutaciones BRCA1, por otro lado, no parecen beneficiarse de la extirpación de los ovarios, de acuerdo con los resultados publicados en Journal of Clinical Oncology.
En general, una de hasta 500 mujeres tiene una mutación BRCA1 o BRCA2. Según el Instituto Nacional del Cáncer, las probabilidades de contraer cáncer de mama aumentan hasta el 65% con este tipo de mutación.
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