El profesor Pedro Alonso, director del Programa Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional en 2008, ha participado en la sesión científica extraordinaria 'Enfermedades emergentes y/o desatendidas' organizada por la Cátedra de Medicina Humanitaria ASISA-Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).
En su intervención, titulada 'Actualización del Programa Mundial de Malaria: una enfermedad que podremos eliminar', el profesor Alonso ha hecho un recorrido histórico sobre la lucha contra esta enfermedad desde 1955, cuando se puso en marcha el primer programa mundial para su erradicación. Tras el fracaso de esta primera campaña de erradicación, se produjo un repunte de la enfermedad hasta que en 1992 la OMS retoma la estrategia global contra la malaria y empiezan a obtenerse resultados positivos, especialmente a partir del año 2000.
En este sentido, el doctor Alonso ha explicado que entre 2000 y 2015 se registró una disminución de la malaria de 260 a 200 millones de casos clínicos al año y una reducción de la mortalidad total en el mundo, que pasó de casi 900.000 fallecidos a 430.000. Esta evolución se produce por la mejora de los mecanismos de prevención, como las mosquiteras con insecticida, el rociamiento intradomiciliario, la distribución de test de diagnóstico rápido, el desarrollo de nuevas formas de utilización de los fármacos y el incremento de la financiación mediante diferentes fondos.
"Nunca antes se había visto un progreso de esas características en todas las regiones del planeta"
El profesor Alonso ha destacado la relevancia de estos datos, que muestran que "se ha conseguido disminuir la incidencia de los casos clínicos en más de un 40% y la reducción de la mortalidad en un 60% en todo el mundo. Nunca antes se había visto un progreso de esas características en todas las regiones del planeta". El doctor Alonso ha vinculado estos resultados con la mejora de la financiación, que ha pasado de 200 millones de dólares en 2000 a 2.500 millones de dólares en 2015, lo que ha permitido desarrollar nuevas herramientas de control vectorial y farmacológicas y la extensión de los test de diagnóstico rápido.
Tras la evolución de los últimos años, el facultativo ha explicado que, actualmente, se da una "dicotomía: estimamos que hay 15 países, todos ellos en el África subsahariana excepto la India, que concentran el 80% de todos los casos de malaria; mientras, por otro lado, hay un número creciente de países que avanzan rápidamente hacia la eliminación de la enfermedad".
ESTATEGIA 2016-2030
El máximo responsable del Programa Mundial de Malaria ha resaltado que, en este contexto, la OMS ha realizado una actualización de la estrategia global de la lucha contra esta enfermedad para el periodo 2016-2030 que mantiene como objetivo final la erradicación, introduce elementos innovadores y establece unos objetivos concretos, medibles en periodos de cinco años, entre los que se encuentran: reducir la incidencia y la mortalidad de la malaria en un 90% hasta 2030 y erradicarla por completo en, al menos, 35 países.
"Estimamos que hay 15 países que concentran el 80% de todos los casos de malaria"
Para conseguirlo, el profesor Alonso ha subrayado que la estrategia cuenta con tres pilares esenciales: garantizar acceso universal a las herramientas de prevención y control; potenciar la capacidad y las estrategias para acelerar la progresión hacia la eliminación de la enfermedad; y la vigilancia epidemiológica.
Además, ha indicado que es necesario acelerar los esfuerzos en investigación y desarrollo; y tener en cuenta todos los elementos regulatorios y financieros que se necesitan para sostener esta estrategia mundial. Sobre este último aspecto, ha reconocido el elevado coste del programa, que prevé elevar la inversión hasta 6.400 millones de dólares al año en 2020 y hasta 8.700 millones anuales en 2030.
El profesor Alonso ha afirmado que la OMS presentará en unos días en Nueva Delhi (India) la actualización del informe sobre la situación de la malaria en el mundo y ha adelantado que a pesar del progreso de los últimos años se mantienen algunos datos poco alentadores.