Cerca de la mitad de los niños hospitalizados presenta malnutrición, ya sea con cuadros de desnutrición crónica o aguda en el 12 % de los casos o con signos de sobrepeso-obesidad en el 38 % de los ingresos. Si bien la desnutrición por disminución de la ingesta de alimentos ligada a condiciones de pobreza es la más prevalente en el mundo, en entornos industrializados predomina la desnutrición relacionada con la enfermedad, principalmente en pacientes hospitalizados. Ante la elevada incidencia de este tipo de desnutrición y el impacto en la salud y desarrollo del niño, la Alianza másnutridos ha presentado la monografía “Cuaderno hacia la desnutrición cero en Pediatría” con el objetivo de disminuir su impacto apostando, entre otras medidas, por la implantación del cribado nutricional pediátrico al ingreso.
“Dado que el niño es un individuo en crecimiento continuo, no solo la pérdida de peso debe ser considerada como un deterioro nutricional. La inadecuada ganancia de peso y talla puede orientar también hacia el diagnóstico de desnutrición, un hecho que influye negativamente en el proceso de crecimiento, altera el desarrollo neurológico y favorece la alteración del sistema inmune y la aparición de infecciones” afirma el doctor Miguel León, presidente de la Alianza másnutridos, entidad fundada por la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (Senpe) y la Fundación Abbott, en la que están integrados 16 organismos y sociedades científicas expertos en desnutrición.
La desnutrición provoca retrasos en el crecimiento, altera la capacidad funcional y el desarrollo neurológico
La desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) es un problema común en todos los niveles de atención sanitaria, desde atención primaria a especializada, que tiene su origen en una ingesta de nutrientes y energía inadecuadas respecto a los requerimientos del paciente. Los expertos estiman que alrededor de dos millones de personas en España, uno de cada cuatro pacientes hospitalizados está en riesgo de desnutrición, especialmente en personas mayores o con enfermedades oncológicas, respiratorias o cardiovasculares.
En el caso de la población infantil el principal predictor de la desnutrición en niños hospitalizados es la existencia de una enfermedad crónica de base (celiaquía, enfermedad renal crónica, cáncer o cardiopatías) o una situación aguda (infecciones o traumatismos). “Este tipo de enfermedades producen una disminución del apetito, malabsorción o pérdidas de nutrienteso un aumento del gasto energético que desencadenan casos de desnutrición y por lo tanto impactan en la calidad de vida de los niños y en la evolución de su enfermedad” afirma la doctora Rosaura Leis, representante de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (Seghnp) en la Alianza másnutridos.
El Cuaderno de la Alianza másnutridos establece el cribado nutricional universal y obligatorio en las primeras 24-48 horas del ingreso como estrategia clave en la lucha contra la desnutrición. Este cribado debe estar incluido en la Historia Clínica Electrónica para promover protocolos de actuación, monitorizar los cuidados y evaluar los resultados en salud.
El cribado permite detectar a los pacientes en riesgo nutricional desde el momento del ingreso y decidir así si deben ser sometidos a una valoración nutricional completa para implantar el tratamiento o la suplementación oral necesaria. La doctora Leis destaca la importancia de un buen cribado nutricional realizado por los profesionales de enfermería de las unidades de hospitalización ya que “se puede predecir la probabilidad de que los factores nutricionales afecten a la evolución del paciente y determinar si la instauración de un tratamiento nutricional puede impactar sobre la evolución.