Las infecciones de transmisión sexual (ITS) constituyen un grave problema de salud pública a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual. Se estima que, anualmente, unos 376 millones de personas se contagian con algunas de las siguientes infecciones de transmisión sexual: gonorrea, sífilis, tricomoniasis o clamidiasis. Infecciones causadas por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (HIV), Virus de la Hepatitis tipo B (HVB), Virus Herpes Simple tipo 2 (VHS-2) o Virus del Papiloma Humana (HPV), entre otros.
De acuerdo con el jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital La Luz, doctor Manuel Albi, “la mayoría de las infecciones de transmisión sexual son asintomáticas o se acompañan de síntomas leves que no siempre permiten diagnosticar la enfermedad, pero a pesar de esto, pueden causar complicaciones clínicas que deriven en secuelas importantes, con repercusiones potencialmente graves en la salud sexual y reproductiva”.
El conocimiento de estas enfermedades resulta imprescindible a la hora de reducir su incidencia
Para este especialista, el diagnóstico entre las diferentes infecciones del tracto genital en ocasiones resulta difícil, ya que muchas presentan una clínica similar (leucorrea, secreción uretral, úlcera, prurito). La anamnesis dirigida y la exploración clínica meticulosa son los pilares para el diagnóstico de presunción. Las pruebas complementarias permiten orientar o confirmar el diagnóstico etiológico (causa de la enfermedad) y se solicitan en función de la presunción diagnóstica.
El correcto asesoramiento sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS) es la mejor manera para una prevención precoz. El conocimiento de estas enfermedades y la modificación de comportamientos de riesgo (prácticas sexuales seguras, uso de preservativo, etc.) resultan imprescindibles a la hora de reducir su incidencia.
“La administración de pautas monodosis, tras la presunción diagnóstica, facilita el control de las ITS, favorece el cumplimiento terapéutico y evita demoras de tratamiento y secuelas posteriores, especialmente en aquellos casos en los que los síntomas se resuelven espontáneamente. Las pacientes afectadas pueden ser poco cumplidoras o hay escaso conocimiento sobre las enfermedades y sus repercusiones. Hay que recordar que la infección simultánea de varias ITS acontece con relativa frecuencia”, asevera Manuel Albi.
La OMS, consciente de este serio problema, en la asamblea Mundial de la Salud celebrada en 2016, adoptó una estrategia mundial para el periodo 2016-2021 con el fin de hacer frente a las Infecciones de Transmisión Sexual. “Estrategia mundial del sector de la salud contra las infecciones de transmisión sexual 2016-2021” Hacia el fin de las ITS”.
La infección vulvo-vaginal por el hongo Cándida es la segunda causa más frecuente de vulvo-vaginitis después de la vaginosis bacteriana. “Entre un 10 y un 50 % de las mujeres en edad reproductiva son portadoras de cándida y la infección cursa con prurito intenso y secreción blanquecina grumosa, aunque puede ser muy variable de una paciente a otra”, explica el doctor Manuel Albi. Este experto tranquiliza afirmando que el tratamiento es sencillo bien por vía local u oral.
Entre un 10 y un 50 % de las mujeres en edad reproductiva son portadoras de cándida
Otras infecciones, las bacterianas como la vaginosis bacteriana (VB), es la infección vaginal más frecuente en las mujeres de países desarrollados en edad reproductiva y representa la causa de leucorrea (exceso de flujo vaginal) maloliente más común y uno de los principales motivos de consulta médica.
Para el doctor Manuel Albi su importancia radica en la asociación con riesgos durante el embarazo, principalmente prematuridad, y el riesgo de infección pélvica. Además, se ha descrito que favorece la adquisición de la infección por VIH y de infecciones urinarias. No se considera una enfermedad de transmisión sexual, aunque es frecuente entre parejas de mujeres.
Existen otras infecciones urogenitales y se calcula que infectan a más de 100 millones de personas cada año por vía sexual; esto es infección por Clamidias. “Son a menudo asintomáticas y no siempre desencadenan una respuesta inmune efectiva, lo que puede derivar en infecciones de larga evolución y complicaciones crónicas, especialmente graves por sus implicaciones reproductivas. Es una de las infecciones de transmisión sexual bacteriana más frecuente, especialmente en jóvenes con prácticas sexuales de riesgo y existe un tratamiento específico altamente eficaz”, subraya Albi.