En concreto, la investigación llama la atención en que los niños afectados por el VIH tratados durante las primeras 12 semanas de vida muestran reservorios virales seis veces más pequeños que los que son tratados con posterioridad. Los reservorios virales son virus que quedan aletargados cuando se aplica el tratamiento (llamado tratamiento antirretroviral o TAR) y que, en caso de reactivarse (por ejemplo, si se deja el tratamiento) serían los que desarrollarían la enfermedad. Así lo explica a Consalud.es Javier Martínez-Picado, jefe del grupo de Retrovirología y Estudios Clínicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.
En resumen, mientras antes se inicie el tratamiento menos posibilidad habrá de que el niño llegue a desarrollar la infección y más probabilidades tendrá de curarse por completo en caso de que en el futuro se cree una solución definitiva para la enfermedad. “En España, los registros de niños afectados por sida nunca superan los 10 infectados por año. Pero en países en vías de desarrollo como Zimbaue o Sudáfrica, la cifra supera los 3.000 niños infectados anualmente, por lo que sigue siendo un problema bastante grave en el mundo”, explica Martínez-Picado.
La gran mayoría de los niños que nacen con VIH son contagiados por sus madres (también afectadas) y el contagio se produce durante el parto. Si hasta ahora esos niños no eran tratados hasta los tres meses (salvo en algunos países) era porque “a veces, tener un diagnóstico desde el momento cero no es tan fácil, porque las condiciones inmunológicas del niño son más complejas que las de los adultos, y los fármacos también necesitan tener otro formato”, señala el representante de IrisCaixa.
Gracias a este estudio, publicado en la revista “Clinical Infectious Diseases”,se pretende poner el énfasis sobre el tratamiento temprano del virus. Un tratamiento que el afectado ha de tomarse de por vida y con gran rigurosidad y que en los niños se realizan mediante jarabes o dosis orales. “El procedimiento es tratar a la madre durante el embarazo y el parto, algo que es obligatorio, y después administrar el TAR al niño durante las doce primeras semanas”, indica Martínez-Picado. La única medida adicional a tomar es evitar el amamantamiento, ya que puede generar peligro de contagio entre madre e hijo.
DIFÍCIL ACCESO EN ALGUNOS PAÍSES
Para Martínez-Picado, los resultados del estudio son especialmente importantes de cara a la administración de los tratamientos en África, Asia o Europa del Este, donde siguen ocurriendo nacimientos de niños con VIH y donde la situación económica puede inducir a plantear un retraso del TAR mientras los pequeños presenten un buen estado de salud.
“Solo 3 de cada 10 niños afectados en el mundo reciben tratamiento, una proporción menor que en los adultos y el 25% de las mujeres VIH positivas no lo reciben”, señala el investigador. Los niños a los que no se le administra el TAR tienen una esperanza de vida inferior a los cinco años.
Para una mayor implementación del tratamiento temprano en el mundo, “hay que conseguir que los fármacos sean más accesibles y se implementen bien en el sistema pediátrico de los diferentes países, y que las madres sean conscientes de su importancia. Pero en general, hace falta un conjunto de medidas globales para que los niños puedan desarrollarse con bueno estado de salud”, concluye Martínez-Picado.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es