Las altas tasas de adicción y sobredosis por el consumo de opiáceos han llevado a una crisis definitoria de la salud pública en los Estados Unidos.
Tanto es así que, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), se ha centrado en los últimos años en disminuir la exposición innecesaria a los opiáceos recetados como una forma de prevenir una nueva adicción; apoyar el tratamiento de aquellos con trastorno por uso de este tipo de drogas; promover el desarrollo de nuevas terapias para el tratamiento del dolor; y evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos para la salud pública y del paciente de las nuevas aprobaciones de opiáceos.
Las altas tasas de adicción y sobredosis por el consumo de opiáceos han llevado a una crisis definitoria de la salud pública en los Estados Unidos
También, el Congreso de Estados Unidos firmó la llamada ''Ley de apoyo a los pacientes y sus comunidades'', para ayudar a avanzar en los esfuerzos para reducir la exposición innecesaria a los opiáceos y, potencialmente, disminuir la tasa de nuevas adicciones.
Y es que, se sabe que muchas de las personas adictas a los opiáceos empezaron a consumirlos por una receta y que, en la mayoría de los casos, esas recetas llevan más pastillas de las que se usan después de un procedimiento quirúrgico u otras afecciones de dolor agudo para los cuales están recetados.
De esta manera, este exceso de suministro de opiáceos brinda oportunidades para el mal uso, abuso, sobredosis y desarrollo de la adicción, así como la posibilidad de que estas píldoras sobrantes terminen en manos de un niño.
Por todo ello, la FDA quiere poner ahora sus esfuerzos en abordar la crisis de opiáceos fomentando la prescripción de estos medicamentos en el ''tamaño correcto'', es decir, proporcionando un blíster que lleve los opiáceos exactos que el paciente necesita para evitar que se produzca un abuso o sobredosis.