Alrededor de 2.000 especialistas procedentes de más de 70 países participan en el III Congreso Mundial de la Word Association on Dual Disorders (WADD) y en el VI Congreso Internacional de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), dos citas científicas de referencia que coinciden del 19 al 22 de junio.
“La WADD y la SEPD, líderes internacional y nacional, respectivamente, encargadas de destacar la existencia científica de la patología dual, que afecta a quien padecen una adicción y otro trastorno mental simultáneamente, convocan un debate para que los conocimientos científicos lleguen a la sociedad y propicien la puesta en marcha de un sistema sanitario del siglo XXI, basado en la Medicina y Psiquiatría de precisión”, afirma el doctor Néstor Szerman, vicepresidente de la WADD y presidente de la Fundación Patología Dual de la SEPD.
La patología dual permite a los clínicos detectar qué paciente presenta un trastorno aditivo u otro trastorno mental
A la reunión están convocados, entre otros, destacados investigadores mundiales en el ámbito del cannabis y su relación con el funcionamiento mental, un debate científico que ocupará una parte importante de la agenda. “Existe una corriente de opinión emergente en las sociedades occidentales que demanda la liberalización para el uso recreativo del cannabis y que asegura que esta sustancia carece de efectos perjudiciales. Pero la evidencia científica demuestra que si el sistema endocannabinoideendógeno del cerebro humano, involucrado en los procesos mentales, no funciona con normalidad puede dar lugar a diferentes enfermedades mentales y desarrollar adicción al cannabis”, detalla el Dr. Szerman.
En este sentido, la SEPD se posiciona con firmeza en contra del mensaje que atribuye al cannabis solo propiedades terapéuticas beneficiosas y niega los riesgos para la salud pública, trivializando su consumo. “Debemos advertir de los peligros a los grupos vulnerables como las personas con antecedentes familiares o personales de psicosis, trastorno bipolar, déficit de atención o impulsividad”.
IMPACTO COGNITIVO EN ADOLESCENTES
Los adolescentes son otro de los importantes grupos de riesgo, sobre todo si se tiene en cuenta que la edad de inicio del consumo del cannabis, un “factor crucial”, siendo en España a los 14 años. “Es bien conocido, aunque no se le dé la suficiente importancia, que el consumo del cannabis en la población general produce alteraciones cognitivas, que no afectan igual a quienes comienzan a consumir a los 14 años, que a quienes lo hacen por encima de los 25”, indica Rafael Maldonado, director del Laboratorio de Neurofarmacología de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, quien impartirá la conferencia “Avances recientes para comprender las ventajas y los riesgos de la activación de los sistemas endocannabinoide”.
La edad de inicio del consumo del cannabis determinará las consecuencias de las alteraciones cognitivas
Pero, ¿Qué hace el cannabis en el cerebro? Maldonado explica que las estructuras básicas del cerebro, denominadas subcorticales, maduran alrededor de los 14 años; a los 17-18 años lo hacen las áreas corticales, lo que clásicamente se considera la maduración del cerebro; y entre los 23-25 años maduran las estructuras más implicadas en el control de la conducta, como la corteza frontal. “La edad a la que inicia el consumo determina las consecuencias de las alteraciones cognitivas que produce el cannabis”.
Asimismo los expertos señalan que la adicción al cannabis es una de las más difíciles de tratar en jóvenes y adolescentes porque no hay tratamientos tan eficaces como para otros trastornos por uso de sustancias como heroína, alcohol o tabaco.
POTENCIAL TERAPÉUTICO DEL CANNABIS
Respecto a las ventajas y riesgos de la activación del sistema endocannabinoide, según Maldonado, “el incremento de la actividad del sistema endocannabinoide produce cambios neuroquímicos que imitan determinadas alteraciones cognitivas congénitas, como el síndrome de X frágil, la forma más común de discapacidad intelectual monogénica. Por lo tanto, en la actualidad se investiga si el bloqueo de este sistema tiene potencial terapéutico para estas patologías”.
Por otro lado, una reciente publicación en Nature Medicine revela que el tratamiento con dosis muy reducidas de cannabis en modelos de animales de edad avanzada logra un efecto paradójico, es decir, una mejora de la cognición. “No se pueden comparar las dosis que representan las concentraciones actuales de cannabis con lo que se propone en este estudio para individuos de edad avanzada. No podemos decir que una dosis habitual de cannabis pueda tener un efecto beneficioso en ninguna persona”, precisa Maldonado.
De hecho, el Dr. Szerman recuerda que el THC (principal constituyente psicoactivo del cannabis) es la sustancia, por encima de cualquier otra droga, con una capacidad más potente de producir psicosis en personas vulnerables. Además, las personas con alto riesgo de desarrollar psicosis, también tienen una vulnerabilidad genética mayor a desarrollar un uso problemático del cannabis. “Incluso en individuos con baja vulnerabilidad a tener síntomas psicóticos, un THC muy potente puede desencadenaruna psicosis”, añade el especialista, quien considera que “la banalización del consumo constituye un serio riesgo para la salud pública”.