Las mujeres y los hombres viven de forma distinta la diabetes. Por eso, desde la Federación Española de Diabetes (FEDE) se recuerda, con motivo del Día Internacional de la Mujer, que existen ciertas particularidades en la diabetes en las mujeres, que las hacen más propensas a sufrir algunas complicaciones y que, por lo tanto, es necesario que reciban pautas médicas individualizadas y formación terapéutica adaptada a sus necesidades.
En este sentido, Andoni Lorenzo, presidente de FEDE, ha recordado que “cada diabetes es un mundo y, por eso, es tan importante que se mejore el acceso real de los pacientes a los nuevos avances en el control de la patología, para que cada persona con diabetes reciba el tratamiento que más se ajuste a sus necesidades y, así, se favorezca su calidad de vida”.
En España, según el estudio Di@betes, el 29,8% ,casi una de cada tres mujeres de entre 61 y 75 años, padece diabetes y este porcentaje se eleva hasta el 41,3% a partir de los 75 años. Si bien es cierto que la prevalencia es mayor en estos rangos de edad, la patología afecta a mujeres de todas las edades, incluso a niñas y jóvenes, en las que es más común la de tipo 1.
Aunque existen numerosos elementos que influyen en la forma en la que afrontan su diabetes, como los hábitos de vida y los factores biológicos y genéticos, distintos estudios han llamado la atención sobre el papel de los procesos hormonales en el control de la patología. En concreto, el doctor Serafín Murillo, miembro del equipo investigador del Hospital Clinic de Barcelona, señalaba recientemente tres etapas en las que el control de los niveles de glucosa en sangre puede resultar más complejo, debido a los procesos hormonales que las caracterizan.
Las hormonas ejercen un papel importante en la evolución de la diabetes, y esta actividad es diferentes en las mujeres
Por ejemplo en la pubertad, la llegada de la menstruación supone importantes fluctuaciones en los niveles de estrógenos y progesterona, hormonas que influyen en las variaciones de los niveles de glucosa en sangre, que pueden elevarse por encima de lo normal en los días previos.
En el embarazo, tanto para las mujeres que padecen diabetes gestacional como las mujeres embarazadas con diabetes, se recomienda un control regular de los niveles de glucosa en sangre, especialmente a partir del segundo trimestre de embarazo, en el que puede aumentar la resistencia a la insulina.
En la menopausia, los cambios hormonales se relacionan con una reducción de los estrógenos y cambios, no siempre previsibles, en la glucemia, que pueden dificultar el control de la diabetes, incrementar el riesgo cardiovascular y acentuar los síntomas de la menopausia.
Ante estas circunstancias, desde FEDE serecuerda la importancia de que las mujeres con diabetes conozcan, por medio de sus profesionales de referencia, todas estas circunstancias que afectan a su patología, y den prioridad al control de su salud, a través de cambios en sus hábitos de vida, incorporando la práctica regular de ejercicio físico y una alimentación ajustada a sus necesidades nutricionales, así como el control regular de sus niveles de glucosa en sangre, tensión arterial y peso, entre otros indicadores de salud, para prevenir y detectar precozmente el desarrollo de complicaciones.