Alzheimer Europe, organización no gubernamental que promueve el apoyo a las personas con demencia y a sus personas cuidadoras, ha publicado recientemente su informe anual sobre la demencia en Europa.
El documento es una comparativa de las estrategias sobre demencia en Europa y analiza el estado de las diferentes estrategias y planes nacionales en materia de demencia en todos los países europeos, planteando una comparación de las prioridades de desarrollo, así como del enfoque que el abordaje de la demencia recibe en los diferentes documentos.
Desde el punto de vista cuantitativo, el documento informa que actualmente 21 países o regiones europeas cuentan con una estrategia para el abordaje de la demencia). Además, en dos países existe un compromiso de sus gobiernos para el desarrollo de una estrategia y se han publicado dos estrategias en enfermedades neurodegenerativas.
En todas las estrategias existe un claro consenso político sobre algunas de las prioridades claves a abordar
En lo referente al análisis cualitativo, en todas las estrategias existe un claro consenso político sobre algunas de las prioridades claves a abordar, tanto en materia de sensibilización social, como en aspectos referidos al cuidado, tratamiento e investigación. No obstante, estas estrategias no dejan de ser un reflejo del contexto socioeconómico, político u organizativo (diferentes sistemas de salud y de servicios sociales) en el que surgen.
Existen diferencias en cuanto al planteamiento temporal de los documentos, ya que algunas estrategias se adecúan a un horizonte temporal cerrado (que, por lo general, oscila entre los 4 y los 8 años) y otras, sin embargo, no se encuentran condicionadas por fechas de inicio y fin.
Se detectan diferencias terminológicas a la hora de referirse a servicios similares en diferentes países, además de contener enfoques notablemente diversos: de estrategias con recomendaciones de alto nivel a estrategias prescriptivas incluso al nivel meso y micro de gestión.
Asimismo, este informe identifica el grado de asignación de recursos y la disponibilidad de financiación como un elemento de éxito en el despliegue de las estrategias y planes nacionales, diferenciando cuatro grandes categorías: de estrategias totalmente financiadas (Dinamarca) a estrategias con recursos y financiación asignada pero no enteramente disponible (Grecia) o con compromisos de financiación para proyectos específicos (Inglaterra, Finlandia, Alemania, Países Bajos y Noruega) o incluso sin disponibilidad de datos sobre su financiación.
En cuanto a la participación, algunas estrategias han involucrado a las organizaciones de personas con demencia y personas cuidadoras de forma separada y otras han hecho a estas partícipes junto a otros colectivos (clínicos, provisores de cuidados, académicos/as, etc.). En algunos casos, de forma añadida se han realizado consultas públicas abiertas a otras organizaciones, profesionales, sociedad en general, etc.
En todas las estrategias/planes nacionales se presta especial atención a la coordinación de la atención sociosanitaria y de otros apoyos en el entorno comunitario, también entre niveles asistenciales (primaria y secundaria/especializada) especialmente en el proceso de diagnóstico y de gestión de caso, a pesar de la existencia de enfoques diversos: algunos se inclinan por la defensa del abordaje de la demencia y su diagnóstico en Atención primaria, mientras que otros abogan por el diagnóstico desde la Atención especializada.
Los apoyos posteriores al diagnóstico son diversos en función de cada estrategia/plan nacional
Los apoyos posteriores al diagnóstico son diversos en función de cada estrategia/plan nacional e incluyen desde información sobre la enfermedad, a un profesional de enlace o un servicio específico para la gestión del caso que va más allá de la mera provisión de información.
La coordinación de cuidados en la comunidad, que evidencia la progresiva transformación en la hegemonía de los cuidados en espacios institucionales (hospitales, residencias, etc.), implica no solo la necesaria coordinación asistencial sino también la coordinación entre ámbitos: de servicios sociales y sanitarios.
En esta línea, algunas estrategias/planes nacionales se han centrado en la necesidad de equipos multidisciplinares (MDTs) para el apoyo a personas con demencia a lo largo de la enfermedad.
En otros casos se apuesta por la existencia de una persona responsable de garantizar la coordinación y continuidad de cuidados con diferentes perfiles profesionales (enfermería, médicos de Atención Primaria, etc.). En la mayor parte de las estrategias y planes nacionales se hace una apuesta por los cuidados en el entorno de residencia habitual, en algunos casos con los centros de día como respuestas de proximidad para desarrollar programas de mantenimiento y rehabilitación. Mientras, en otros se prefieren las unidades de cuidados comunitarios, los centros de noche o los servicios de respiro, por citar algunos otros recursos desplegados en el medio comunitario para el cuidado de las personas con demencia.
El informe dedica un breve apartado a analizar la presencia de las cuidadoras de personas con demencia en estrategias y planes. Así, se subraya que quienes asumen los cuidados son objeto de reconocimiento en los diferentes documentos, fundamentalmente como un elemento a tener en cuenta en el proceso de toma de decisiones y en el proceso de cuidados. Es decir: las personas cuidadoras como destinatarias de apoyos para el ejercicio de los cuidados de las personas con demencia.