En el marco del Día Mundial del Asma que se celebra el 1 de mayo, Ángel Peralbo, psicólogo y especialista en Psicoterapia por la European Federation of Professional Psycholgists (EFPA) ha afirmado que la niñez y adolescencia son etapas de la vida en las que los menores son más vulnerables por lo que “asumir una enfermedad crónica como puede ser el asma supone un reto para el menor", que tendrá que asumirlo como propio e incorporarlo a su día a día.
En esas etapas de la vida, cualquier diferencia puede ser interpretada como algo negativo por lo que, tras el diagnóstico, se debe trabajar la aceptación de la patología, entender en qué consiste el asma, las precauciones que ha de tener y, sobre todo, en la medida de sus posibilidades, tiene que ser responsable con el control de la medicación y los seguimientos médicos pertinentes.
La atención psicológica es fundamental para que el adolescente acepte y se adapte a su enfermedad
Warren Lenney, experto en pediatría respiratoria y global medical expert de GSK, ha señalado que el tratamiento en menores es más complejo porque "a diferencia de lo que ocurre en los adultos, en estos casos, el asma no está tan bien clasificada". Además, en general, a los adolescentes, no les resulta sencillo aceptar esta situación por lo que “mejorar la forma de comunicarse” con ellos puede ser de utilidad para lograrlo. En algunos casos, la atención psicológica es fundamental.
La atención psicológica es el conjunto de recursos dirigidos a apoyar el abordaje médico y facilitarlo con el fin de que se lleve a cabo con éxito y a que el asma no le suponga ningún hándicap a nivel emocional. En concreto: aceptación, adaptación y normalización, "es decir; conseguir que los menores interioricen lo que significa padecer asma, que se sientan bien y estables y que sigan el tratamiento adecuadamente para que el abordaje sea un éxito”, ha apuntado Peralbo.
Desde la perspectiva psicológica, los factores cognitivo, fisiológico y comportamental impactan en el desarrollo, evolución, mantenimiento y recuperación de las crisis asmáticas. Para los especialistas, promover un estado emocional positivo, “supone aportar las claves para que el niño o el adolescente se sienta seguro, optimisma, con sensación de logro y que, por tanto, pueda desarrollar la mejor actitud, la más adaptativa,ante las crisis”.