El síndrome de apneas-hipoapneas del sueño (SAHS) tiene un impacto negativo en el comportamiento y rendimiento escolar, pues en el 75% de los casos, según un estudio realizado en niños de entre 3 y 12 años, afecta a la atención, la memoria, la estructuración espacial y la ansiedad. La atención directa está alterada en el 45,5% de los niños, la hiperactividad en el 30,8% de los casos y el déficit de atención en el 53,8%, según recoge el Documento de consenso del síndrome de apneas-hipoapneas durante el sueño en niños publicado en Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). De hecho, la comorbilidad de los trastornos respiratorios del sueño y el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se cifra en un 23%, según este documento de consenso.
La apnea del sueño en la infancia es un trastorno respiratorio del sueño que se caracteriza por una obstrucción parcial o completa intermitente de la vía aérea superior que interrumpe el sueño y sus patrones normales. El SAHS en niños tiene unas características muy diferentes al SAHS en el adulto en cuanto a su etiología, síntomas y tratamiento.
Entre el 2% y el 4% de los niños de entre 2 y 6 años padecen este síndrome
Es una patología muy prevalente en la edad infantil, ya que se estima que entre el 2% y el 4% de los niños de entre 2 y 6 años padecen este síndrome.El porcentaje de niños que roncan es aún mayor, ya que del 7 al 16,7% de los niños de 6 meses a 13 años y del 5 al 14,8% de los adolescentes presentan ronquidos.
En la edad infantil, los factores de riesgo o algunas de las causas que pueden favorecer el desarrollo del SAHS son las amígdalas de gran tamaño (hipertrofia amigdalar), tener vegetaciones nasales (adenoides), las malformaciones craneofaciales, las enfermedades neurológicas, las neuromusculares, la parálisis cerebral infantil, el reflujo gastroesofágico y la obesidad, factor de riesgo este último que va al alza.
“La falta de horas de sueño, la interrupción del sueño, de modo que este no resulta reparador y la hipoxia –o falta de oxígeno en el cerebro debida a la obstrucción de la vía aérea en los niños con un trastorno respiratorio del sueño- tienen consecuencias negativas para el organismo. Se ha demostrado plenamente que puede provocar problemas de aprendizaje, con disminución del rendimiento escolar. Por ello, los especialistas de SEPAR reclaman que se tenga una mayor conciencia de la importancia de los trastornos respiratorios del sueño en la infancia”, explica Olga Mediano, coordinadora del Área de Sueño de SEPAR, además de coordinadora de la Unidad de Sueño del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara, de la Universidad de Alcalá e investigadora del CIBERES.
APNEA DEL SUEÑO Y TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE
Casi la mitad de los niños con SAHS, el 47% tiene problemas conductuales. Un metaanálisis de 61 estudios, citado en el documento de consenso, ha demostrado que los niños con este trastorno tienen problemas en su comportamiento escolar, en la regulación emocional, la atención selectiva, la atención sostenida y el mantenimiento de la alerta. También se han visto evidencias de que el trastorno respiratorio afecta al humor, la expresión lingüística, la percepción visual y la memoria de trabajo.
Otro metaanálisis de 55 estudios, también citado en el documento de consenso, detectó que la hipoxia, ya sea crónica o intermitente, tiene igualmente un impacto negativo en el comportamiento y el rendimiento escolar. De hecho, otro amplio estudio, hecho en 1.010 niños roncadores y no roncadores, de entre 5 y 7 años de escuelas públicas, hecho por la Universidad de Chicago y de la Universidad de Louisville y publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, ha analizado las repercusiones que tiene la apnea obstructiva en función de su gravedad, de moderada a grave
El estudio ha concluido que este síndrome puede provocar deterioro cognitivo, señalando que solo el hecho de roncar ya afecta a las funciones neurocognitivas. Pero en los casos más graves, el hecho de que los niños no desarrollen bien sus capacidades, conclusión que ha quedado demostrada mediante diversas medidas cognitivas tomadas a los niños y que se han clasificado en función de la gravedad de su trastorno respiratorio del sueño, podrían tener un impacto adverso en la capacidad de estos niños no solo para alcanzar sus objetivos académicos, sino también adaptativos y podría obstaculizar su capacidad de alcanzar la independencia.