La alergia respiratoria afecta a una cuarta parte de la población en los países desarrollados, y es una de las causas más frecuentes de consulta médica. Las principales manifestaciones de la alergia respiratoria son la rinitis y el asma alérgica. Hasta un 50% de los pacientes con alergia respiratoria son sensibles a los ácaros del polvo doméstico.
El ácaro del polvo es el alérgeno de interior más importante y está presente todo el año, por lo que es muy difícil evitarlo. No obstante, su temporada alta ha comenzado, ya que los meses de octubre y noviembre son particularmente propicios para su desarrollo.
Para las personas con asma provocada por la alergia a los ácaros puede ser muy complicado evitar los síntomas, incluso cuando siguen las recomendaciones habituales como lavar las sábanas con agua caliente, evitar alfombras o cortinas pesadas en el dormitorio o usar aspiradoras con filtros antiácaros.
La inmunoterapia con alérgenos es el único tratamiento que actúa sobre la etiología de la enfermedad modificando la respuesta inmunológica al alérgeno
Con el fin de que el paciente pueda tener un diagnóstico adecuado y, en consecuencia, un correcto abordaje en su tratamiento, es imprescindible la realización por parte del especialista de una correcta anamnesis, seguida de una prueba diagnóstica de punción cutánea (prick test) o determinación de IgE específica.
La rinitis y el asma alérgica pueden tratarse de forma sintomática, con antihistamínicos, descongestivos nasales, broncodilatadores, etcétera,pero si se confirma la alergia a los ácaros, es posible seguir un tratamiento que actúe directamente sobre el desencadenante de la enfermedad.
En este sentido, la inmunoterapia con alérgenos es el único tratamiento que actúa sobre la etiología de la enfermedad modificando la respuesta inmunológica al alérgeno.