Los jóvenes y la salud mental: apenas piden ayuda y casi el 23% consume psicofármacos

Con la Covid-19 se evidenció un incremento de los problemas de salud mental de los jóvenes, una situación que un informe constata: el 16% considera su salud mental mala o muy mala

La salud mental tiene una especial incidencia en los más jóvenes. (Foto. EP)
24 noviembre 2023 | 17:45 h

Tras tres años desde el comienzo de la pandemia, el impacto de la enfermedad, el estrés y la incertidumbre en la salud mental de la población es un hecho constatado. Una realidad que en los jóvenes, como se ha visto en los últimos años, es especialmente notable: desde 2017 la afectación emocional y psicológica en esta población se ha duplicado.

En concreto, el 16% de los jóvenes considera su salud mental “mala o muy mala”, en comparación con el 6% que había en 2017, y reportan depresión, ansiedad, trastorno de la conducta alimentaria (TCA) y trastorno obsesivo compulsivo. Así lo muestran los principales hallazgos que ha reportado el informe ‘#Rayadas. La salud mental de la población en España’ de la Fundación Manantial.

La adolescencia es un momento de cambio constante a los que los jóvenes han de ir adaptándose. Una situación que se ha repetido a lo largo de la historia, pero que ahora, con la pandemia se ha puesto el foco en ella. Personas con edades más cortas, pero también adultos, personas mayores y mujeres, sufren trastornos adaptativos, de ansiedad, insomnio, depresión o fobias debido a la mirada dirigida hacia un futuro de incertidumbre social y económica que les lleva a tener en constante estado de alerta.

Los jóvenes de 16 a 24 años se sienten inquietos (un 47,1%); no pueden dormir (un 43,2%) y sufren episodios de ansiedad (31,5%)

Esta situación ha impactado directamente en la juventud, como ya expresaba un estudio realizado por la Comunidad de Madrid, que valoraba este grupo etario como el “más perjudicado en el medio plazo". “Esta grave crisis ha sucedido en un momento evolutivo decisivo para la maduración de su identidad y personalidad y cuando todavía pueden no tener todas las claves para comprender esa situación y generar mecanismos de adaptación eficaces".

Profesionales sanitarios y profesores se han dado cuenta del incremento de malestar emocional, que en algunos casos, cuando se agudizan, pueden derivar en problemas de salud mental. Niños que no saben socializar, adolescentes en los que se ha incrementado la ansiedad, la depresión o los TCA, también jóvenes que sufren más angustia o inseguridad. Todo ello percepciones que los datos corroboran.

Dejando a un lado una sintomatología común de los cambios de la adolescencia, actualmente, según los hallazgos de la Fundación Manantial, los jóvenes de 16 a 24 años se sienten inquietos (un 47,1%); no pueden dormir (un 43,2%); sufren episodios de ansiedad (31,5%) y un 11,7% afirma autolesionarse con frecuencia.

CONSUMO FARMACOLÓGICO

Pese a que se ha derribado en gran medida el tabú que rodeaba a la salud mental y que abiertamente se habla de ella, lo cierto es que ante un malestar qeu deja de ser pasajero los jóvenes no acuden a pedir ayuda, según recoge el informe. Solo el 30% de los encuestados han compartido su situación con amigos, familiares o profesionales, mientras que el 36,6% tiende a aislarse.

“Es importante educar a los/as jóvenes acerca de cómo cuidar y proteger su salud mental, y también acerca de cómo acompañar el sufrimiento o las dificultades de las personas cercanas”

El miedo al rechazo, el preocupar a sus seres queridos y la dificultad para reconocer o asumir que se atraviesa una situación problemática son las principales causas de no pedir ayuda. Con todo, el 22,9% reconoce consumir o haber consumido psicofármacos para encontrarse emocionalmente mejor. Un porcentaje lejano al que se estima que consume grupos poblacionales comprendidos entre los 45 y 85 años, pero igualmente importante y que responde a la falta de atención profesional que existe, así como a una escasez de herramientas de los jóvenes para afrontar la situación que viven.

Ante esta situación, los jóvenes solicitan un mejor acceso a los servicios de salud mental. Asimismo, el estudio citado señala la importancia de mejorar la atención al malestar emocional y los problemas de salud mental de estos pacientes: “Es importante educar a los/as jóvenes acerca de cómo cuidar y proteger su salud mental, y también acerca de cómo acompañar el sufrimiento o las dificultades de las personas cercanas”.

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