ITS en adolescentes: aumentan en más de un 50% los casos de gonorrea, clamidia y sífilis desde 2016

El aumento de los contactos sexuales entre los jóvenes se ha traducido en mayores casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) incluso en menores de 14 años

Preservativo (Foto. Rawpixel)
Preservativo (Foto. Rawpixel)

Infección gonocócica o gonorrea, sífilis e infección por chlamydua trachomatis que causa clamidia han aumentado notablemente en 2019 en todos los grupos de edad. En los últimos años, la tendencia ha seguido creciendo, como refleja el informe del Ministerio de Sanidad ‘Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España de 2019’. Desde 2013 hasta 2019 los casos de gonorrea han aumentado un 25,2%; en 2019 se registró la tasa más elevada de sífilis desde que se tienen datos, con 5.822 casos notificados; y en el caso de la clamidia, desde 2016 a 2019, los casos han aumentado un 34,5%.

Un crecimiento de infección de transmisión sexual que también se ha dado en la adolescencia. No hay que olvidar que un 30% de los diagnosticados por chlamydua trachomatis y un 25% de gonococo corresponden a menores de 19 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Tal y como recoge el informe de Sanidad, entre 2016 y 2019 la incidencia se ha duplicado entre los adolescentes de 15 a 19 años. La tasa de clamidia pasó en este grupo de edad de 40 casos por 100.000 habitantes en 2016 a 120 casos en 2019; la gonorrea se duplicó de 20 casos por 100.000 habitantes en 2016 a más de 40 en 2019 y la sífilis se triplicó de 3 a 9 casos en 2019.

“Los adolescentes constituyen uno de los pocos grupos de población a nivel mundial en los que no se ha conseguido un descenso en los nuevos diagnósticos”, señala Epalza

Unos datos que siguen en aumento y que cada vez afectan a personas más jóvenes, aunque en menores tasas. “Los casos de ITS en menores de 14 años son raros, pero existen. Hay casos de herpes genital o de uretritis gonocócica en adolescentes de 12 y 13 años. Los vemos en nuestros servicios de Urgencias y consultas”,  informa a Consalud.es la Dra. Cristina Epalza Ibarrondo, miembro del grupo de trabajo de VIH e ITS de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP).

Estas infecciones, principalmente si no se diagnostican a tiempo, están detrás de múltiples enfermedades y patologías que se desarrollan a largo plazo. Como explica la Dra. Cristina Epalza, el papiloma humano se asocia a cánceres ginecológicos como el del cuello de útero o cérvix, la Chlamydia trachomatis y el gonococo pueden producir esterilidad, y el VIH sin diagnostica ni tratar puede evolucionar a sida.

Durante estos años, la lucha contra el VIH, el virus causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) no se ha traducido en una reducción de caso en los adolescentes. “Los adolescentes constituyen uno de los pocos grupos de población a nivel mundial en los que no se ha conseguido un descenso en los nuevos diagnósticos. En ellos, además, el diagnóstico tardío es una realidad preocupante, ya que afecta al 30%”, apunta la Dra. Cristina Epalza.

IMPACTO DE LA PANDEMIA

La Covid-19 eclipsó el diagnóstico de otras enfermedades, entre ellas las infecciones de transmisión sexual. Aunque se intentó llegar a la población en riesgo de VIH y otras ITS lo cierto es que los informes han bajado. “La pandemia ha reducido de forma drástica el acceso a los centros de diagnóstico y tratamiento”, indica la Dra. Epalza.

Esto supondrá un aumento futuro de ITS que todavía cuesta valorar. Y es que, un diagnóstico tardío no solo supone el desarrollo de enfermedades con mal pronóstico en los pacientes, sino que aumenta su propagación y con ello la falta de control y de prevención que prodían realizar los profesionales sanitarios.

FALTA DE EDUCACIÓN SEXUAL

La falta de educación sexual, como denuncian los pediatras, podría estar tras el aumento de los casos de ITS. Como explica la Dra. Talía Sainz Costa, pediatra especializada en Enfermedades Infecciosas y Tropicales y miembro de la SEIP, “los adolescentes, que son más vulnerables e influenciables, reciben referencias sexuales que no favorecen una educación sexual global, donde se transmita el respeto a sí mismo y al otro y, por lo tanto, poder pensar en protegerse y proteger al otro de las ITS”.

Más del 50% de los adolescentes de entre 14 y 17 años suelen ver regularmente porno en internet, familiarizándose con las prácticas de riesgo y la descontextualización sexual

El consumo del porno ha aumentado en este grupo de edad, existiendo casos de jóvenes de 14 años que comparten vídeos entre los compañeros de clase. Según el presidente de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), el Dr. Félix Notario, más del 50% de los adolescentes de entre 14 y 17 años suelen ver regularmente porno en internet, familiarizándose con las prácticas de riesgo y la descontextualización sexual.

Una de esas prácticas que se ha ido ampliando es no usar preservativo en el acto sexual. “Es probable que la percepción del VIH como lo que es hoy en día, una infección crónica, sin tener que estar asociada a la muerte, favorezca que los jóvenes no tengan el preservativo tan presente”, señala para este medio la Dra. Cristina Epalza. “Creo que se habla mucho menos de su uso y no se facilita su adquisición. También es importante enseñarles a usarlo bien”. Y continúa, “Deberían multiplicarse los lugares donde se pueda atender a los adolescentes que tengan dudas o necesidad de atención médica con respecto a las ITS. Existen algunos centros pero son muy reducidos en número y no cuentan muchas veces con los recursos suficientes para estar abiertos los fines de semana, por ejemplo”.

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