Investigadores de la Facultad de Medicina de Penn State (Estados Unidos) han identificado un biomarcador que puede utilizarse en análisis de sangre para diagnosticar el glioblastoma, seguir su progresión y orientar el tratamiento. En su trabajo, publicado en la revista científica 'Journal of Neuro-Oncology', los investigadores afirman que una biopsia líquida no invasiva podría ayudar a los pacientes a recibir la atención que necesitan con mayor rapidez frente al glioblastoma.
El glioblastoma es el "tumor cerebral más común y mortal con una progresión de la enfermedad implacable y rápida", con una tasa de supervivencia a cinco años de sólo el 5 por ciento. El estándar de atención para esta afección es la escisión quirúrgica seguida de radiación con quimioterapia centrada en temozolomida concurrente y adyuvante. "El fracaso del tratamiento y la resistencia es la regla y, a pesar de los avances en la tecnología de imágenes, la detección temprana del fracaso del tratamiento o la resistencia inminente sigue siendo un desafío". Según afirman estos investigadores.
Con las pruebas de imagen, "puede ser difícil para los médicos saber a partir de esas exploraciones si el paciente está mejorando o empeorando porque no proporcionan detalles a nivel celular o molecular. Por eso necesitamos una prueba diagnóstica complementaria que ayude a los médicos a determinar si los tumores están respondiendo a la terapia y retrocediendo, o si están empeorando y necesitan tratamiento adicional", ha explicado uno de los responsables del estudio, Vladimir Khristov.
"Existe una necesidad apremiante e insatisfecha en la práctica clínica de herramientas de diagnóstico mínimamente invasivas que permitan una comprensión oportuna de la progresión de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. Aquí, nuestro objetivo es abordar esta necesidad clínica". Han recalcado los investigadores. "En este estudio, examinamos pacientes con glioblastoma primario de Penn State y Cleveland Clinic en comparación con controles sanos".
"Existe una necesidad apremiante e insatisfecha en la práctica clínica de herramientas de diagnóstico mínimamente invasivas"
Según los resultados de este estudio, "una biopsia líquida para el glioblastoma podría ser de enorme valor para los pacientes que padecen este devastador tumor. Podría facilitar el diagnóstico y, lo que es más importante, proporcionar una mejor comprensión de la respuesta del tumor al tratamiento de una forma de la que carecemos con nuestras tecnologías actuales", ha añadido otro de los autores, Brad Zacharia.
El equipo estudió un determinado receptor de antígeno, denominado receptor de interleucina-13 a2 (IL13Ra2). "Nuestro objetivo es abordar esta necesidad clínica aprovechando una característica única" de esta afección: la "sobreexpresión de la variante α2 del receptor IL-13 en más del 75 % de los tumores". James Connor, investigador, ha resaltado que "a pesar de estar significativamente sobreexpresado en el tejido tumoral, ningún estudio ha explorado el potencial diagnóstico y pronóstico de IL13Ra2 circulando en los biofluidos de los pacientes",
Para investigar la utilidad de IL13Ra2 como biomarcador del glioblastoma, los investigadores examinaron el tejido tumoral y el plasma sanguíneo de 79 pacientes con glioblastoma primario, junto con el plasma sanguíneo de 23 pacientes de control, procedentes de dos sistemas sanitarios diferentes. Los pacientes de control tenían diagnósticos primarios de estenosis espinal o malformación arteriovenosa, pero no presentaban ningún tumor maligno ni inflamación crónica. En el plasma de los pacientes, los investigadores analizaron específicamente las vesículas extracelulares, que son pequeñas partículas liberadas por las células y que transportan material procedente de ellas.
Descubrieron que los pacientes con glioblastoma tenían niveles significativamente elevados de IL13Ra2 en el plasma sanguíneo en comparación con los pacientes de control, y que la IL13Ra2 probablemente se concentraba en las vesículas extracelulares derivadas de las células tumorales. También descubrieron que estos niveles de IL13Ra2 en el plasma sanguíneo estaban correlacionados con los niveles de IL13Ra2 en los tumores de los pacientes.
Los investigadores examinaron el tejido tumoral y el plasma sanguíneo de 79 pacientes con glioblastoma primario, junto con el plasma sanguíneo de 23 pacientes de control
"El hecho de que hayamos documentado la presencia de IL13Ra2 en vesículas extracelulares derivadas de tumores y de que hayamos observado una correlación entre los niveles plasmáticos y tumorales de IL13Ra2 sugiere que la IL13Ra2 plasmática procede efectivamente de tumores glioblastoma. Esto es importante porque antes era difícil saber si la IL13Ra2 en plasma procedía de los tumores, o si procedía de la respuesta del organismo a los tumores. Nuestros hallazgos sugieren que la IL13Ra2 sí tiene utilidad como biomarcador del glioblastoma", ha detallado Khristov.
"El análisis de IL13Ra2 circulante en plasma puede proporcionar una imagen aún mejor de la presencia y extensión del glioblastoma que una muestra tumoral. La naturaleza específica del tumor de IL13Ra2 implica que puede ser utilizado para terapias dirigidas al tumor sin afectar a los tejidos externos", ha añadido Connor.
Por otro lado, el equipo descubrió que los niveles elevados de IL13Ra2 tanto en plasma como en tumores predecían una mayor supervivencia global. De hecho, los pacientes con niveles elevados de IL13Ra2 en plasma tenían una mediana de supervivencia global 6,5 meses mayor que los pacientes con niveles bajos.
"Parececontraintuitivo que unos niveles elevados de IL13Ra plasmática confieran una ventaja de supervivencia, ya que su presencia indica la existencia de un tumor y, en última instancia, no sabemos por qué es así. Sin embargo, hay algunas pruebas de que el aumento de IL13Ra2 está correlacionado con un aumento de la fibrosis en el tumor, lo que indica curación del tejido. Es importante que los pacientes sepan si pueden tener esta ventaja de supervivencia o no", ha esgrimido Khristov.