Las enfermedades zoonóticas representan una amenaza para la salud de los animales, de los seres humanos y pone en alerta el sistema de salud a nivel mundial. La pandemia de la COVID-19 ha evidenciado la importancia de estudiar y ampliar conocimientos en el campo de la zoonosis. Según los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses, casi el 16% de los fallecimientos a nivel mundial se atribuyen a enfermedades infecciosas: las 56 principales zoonosis ocasionan 2500 millones de casos y 2,7 millones de muertes anuales.
La enfermedad de Lyme, conocida como la nueva epidemia del siglo XXI, es una zoonosis que provoca una infección bacteriana contraída a través de la picadura de una garrapata infectada. Los primeros síntomas ante los que debemos estar alerta aparecen entre los 3 y los 30 días siguientes a la infección y son: sarpullido rojo llamado eritema migratorio, que aumenta de tamaño durante varios días, dolor de cabeza, fiebre y fatiga. En caso de que la infección se complique y dé lugar a un cuadro más grave, puede tener implicaciones en las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso.
EL CAMBIO CLIMÁTICO FAVORECE LA EXPANSIÓN DE LAS GARRAPATAS
El cambio climático está repercutiendo en la proliferación de las garrapatas. El aumento de las temperaturas potencia su reproducción y por tanto la expansión de pequeños mamíferos que son reservorios naturales de la bacteria Borrelia burgdorferi, causante de la enfermedad de Lyme y, al mismo tiempo, hospedadores de las garrapatas que transmiten la infección a los humanos.
El aumento de la temperatura también afecta también a los desplazamientos de las aves migratorias, otro medio de transporte de las garrapatas
En verano debemos aumentar las medidas de prevención al pasear por ejemplo por la naturaleza como señala el vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Francisco Javier Membrillo: “Ir a la sierra a dar un paseo con pantalones cortos y sin calcetines altos, te estás exponiendo al peligro de que te pique una garrapata que te pueda transmitir, por ejemplo, una fiebre hemorrágica. Es importante saber qué medidas de prevención tenemos que adoptar. Las zoonosis van a convivir con nosotros, y lo que tenemos que hacer es conocerlas y prevenirlas”.
En este sentido también se manifiesta también el Dr. Sam Telford, investigador la Universidad de Tufts, que indica que “no hay que tenerle miedo a las garrapatas, la mayoría de las picaduras de garrapatas no necesariamente conllevan una infección. E incluso si es así, si quita la garrapata de inmediato reducirá en gran medida su riesgo”. Telford es epidemiólogo y centra sus investigaciones actualmente en las infecciones transmitidas por artrópodos. Ha participado en el desarrollo de la única vacuna humana aprobada para la enfermedad de Lyme. La Universidad de Tufts ha estado a la vanguardia del avance científico en la investigación de enfermedades transmitidas por garrapatas desde que la enfermedad de Lyme se describió por primera vez en los EE. UU. en la década de 1970.
Investigadores de Tufts trabajan con el objetivo de eliminar la enfermedad de Lyme como una amenaza creciente para la salud humana para 2030
Actualmente los Institutos de Salud estadounidenses llevan a cabo varias líneas de investigación que tienen como objetivo bloquear las enfermedades vinculadas a las garrapatas. Uno de los trabajos se centra en evitar que los gérmenes que causan las enfermedades infecten por ejemplo a ratones, que son la principal fuente de infección de las garrapatas. “La idea es que si uno trata a los ratones, ya no transmitirán infecciones a las garrapatas. Y luego, presumiblemente, habrá menos garrapatas infectadas en el medio ambiente para infectar a los humanos”, explica Telford.
Paralelamente, trabajan en la creación de un nuevo tipo de vacuna que evite que las garrapatas se adhieran a la piel el tiempo suficiente para transmitir los gérmenes que causan enfermedades. Se ha demostrado que su vacuna experimental previene la enfermedad de Lyme en animales. Están probando para ver si este enfoque puede bloquear otros tipos de infecciones transmitidas por garrapatas.