La epilepsia y los trastornos del espectro autista, o TEA, muestran un grado notable de comorbilidad y pueden compartir mecanismos patológicos. Las preguntas aún sin respuesta de los científicos sobre estos trastornos incluyen si el autismo conduce a un aumento de la epilepsia o si, por el contrario, la epilepsia altera el circuito cerebral, causando el desarrollo de autismo.
Viji Santhakumar, profesor asociado en el Departamento de Biología Molecular, Celular y de Sistemas de la Universidad de California, Riverside, en colaboración con Tracy Tran en la Universidad de Rutgers han abordado estas cuestiones en un artículo publicado en la revista Translational Psychiatry.
"Una hipótesis es que durante el desarrollo del cerebro, las neuronas inhibidoras, que regulan los ritmos cerebrales, se desarrollan de manera anormal”, explicó Santhakumar. "Si esto es cierto, entonces la forma en que se configura el circuito cerebral es anormal, lo que puede conducir tanto al autismo como a la epilepsia".
Los resultados del estudio sugieren que un defecto subyacente común en la formación de circuitos cerebrales podría contribuir tanto al TEA como a la epilepsia
Santhakumar y su equipo se centraron en las neuronas inhibidoras en ratones. Indicó que, a diferencia de las neuronas excitadoras que conducen a una propagación directa de información, las neuronas inhibitorias funcionan como un freno al suprimir y esculpir la actividad de las neuronas posteriores.
Los investigadores generaron ratones con una mutación global en todas las células que impidió que las neuronas inhibidoras migraran a su ubicación normal en circuitos cerebrales maduros. Como era de esperar, encontraron una reducción en las corrientes inhibidoras en el hipocampo, una región del cerebro conocida por su función de memoria. En particular, los ratones mutantes mostraron rasgos de comportamiento asociados con el TEA y eran más propensos a las convulsiones.
“Encontramos menos neuronas inhibidoras en el circuito cerebral”, según aseveró Santhakumar. “Puede haber una anomalía del desarrollo en el establecimiento de circuitos neuronales inhibitorios. Si podemos identificar cuáles son las vías moleculares, es posible que podamos intervenir temprano y asegurarnos de que se mantenga el circuito inhibitorio. La forma en que se desarrolla el circuito puede desempeñar un papel clave en la coexistencia de autismo y epilepsia. Comprender estos mecanismos puede ayudar a desarrollar curas más específicas".
Los resultados del estudio sugieren que un defecto subyacente común en la formación de circuitos podría contribuir tanto al TEA como a la epilepsia. Los hallazgos del estudio actual abren las puertas a trabajos futuros para probar si las mutaciones, cuando se restringen a tipos celulares específicos y periodos de desarrollo, pueden ayudar a distinguir entre el papel de la migración neuronal inhibidora y el mantenimiento de las conexiones del circuito en el desarrollo de TEA o epilepsia.